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domingo, 11 de enero de 2015

Campos de fresas, Jordi Sierra i Fabra


 Campos de fresas, Jordi Sierra i Fabra 

(Patricia Pastor Buades)





Campos de fresas es una de las novelas juveniles del ya conocido autor catalán Jordi Sierra i Fabra. En ella, se nos cuenta la noche de fiesta de unos adolescentes que acaba en tragedia, puesto que una de los integrantes del grupo –Luciana- acaba en coma en el hospital, tras haber consumido éxtasis junto a todos sus compañeros. Esa noche de evasión pre-exámenes, se convierte pues en la peor noche de todos ellos y mientras la joven se debate entre la vida y la muerte, sus amigos –Cinta, Santi y Máximo- se preocupan por ella impotentemente; su amiga con problemas alimenticios la apoya como hizo ella en su día; y su novio –Eloy- se culpa por no haber estado junto a ella y haberse quedado a estudiar en su casa, por lo que decide ir con sus compañeros tras el camello que les vendió la droga para intentar ver las sustancias que contenía verdaderamente, al tratarse de una pastilla de eva y así, ayudar a los médicos con los fármacos para la recuperación de Luciana. Paralelamente a ellos, podemos destacar en el relato la visión de la propia familia de la chica y del médico, preocupados por su estado y la investigación de la policía que busca al traficante y al camello que van pasando estas nuevas drogas de diseño. Por último, se introduce el personaje del periodista que busca impactar con esta noticia juvenil y conseguir así la portada de la mañana siguiente.

Además de este planteamiento realista y cercano a los jóvenes de hoy en día por su temática, la novela posee un comienzo muy impactante, ya que empieza en acción y de manera súbita, algo que el lector no se espera, con la llamada que reciben los personajes sobre el estado comatoso de Luciana. Este es un método que engancha enseguida al lector, que nada más leer las primeras páginas se encuentra de lleno metido en la preocupación de los personajes por lo que le puede haber ocurrido a la joven y se pregunta ya cómo pudo haber llegado hasta ese estado. Es más, el  lector se siente atraído por esa intriga a lo largo de toda la novela, puesto que no se nos da de golpe la información de lo que le ocurrió, sino que se va explicando poco a poco en cada uno de los capítulos y a través de los diferentes personajes que estuvieron allí con la chica. Esta tensión además, se intensifica con escenas que buscan impactar al lector como la de la descripción de Luciana intubada en el hospital; y se acerca a ellos a través de escenas reales y cotidianas como la pelea que hay entre Eloy y Santi, las relaciones amorosas que tienen entre ellos (Cinta con Santi y Luciana con Eloy) o la venta de drogas dentro de la discoteca.

Igualmente, aparecen temas como las drogas, el amor, la amistad entre este grupo de chicos, la intención de sexo entre Santi y Cinta mientras sus padres no están, la diversión descontrolada de Raúl, las insistencias de los amigos en tomar droga para pasarlo bien aunque no quieran, las peleas entre ellos, la bulimia de Loreto, la relación distanciada con los padres en el caso de Máximo, la donación de órganos, el mundo del periodismo o la presión a la que está sometido el camello Poli por el traficante de drogas al venderlas. Estamos, por tanto, ante una novela que abarca muchos temas actuales y que abre reflexiones en el lector a través de los diferentes personajes y de sus diversas situaciones individuales, que confinan un mundo real en el que el lector se siente identificado por la cercanía de edad y en su propio comportamiento. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de un lenguaje que se adapta en cada situación dependiendo de los personajes que estén interactuando, pero siempre muy cercano a los adolescentes, sobre todo cuando hablan entre amigos.

Finalmente, la estructura del relato es un tanto curiosa a la vez que original: los capítulos de la novela están repartidos según los movimientos de una partida de ajedrez, lo que provoca un ritmo rápido en la obra. Estos movimientos pretenden simbolizar a través de una metáfora estructural una partida de ajedrez donde las piezas blancas representan la lucha de la chica en coma por vencer a la muerte, que está representada por las piezas negras. El pensamiento de la joven, presente en algunos capítulos de la obra, posee siempre dos jugadas opuestas de blancas y negras donde se verá bien reflejada esa batalla constante por vivir y que marcará arrepentimiento y los sentimientos de ella aunque esté inconsciente en el hospital. Para alguien como ella, jugadora de ajedrez en la vida real, el planteamiento de cada movimiento supondrá un paso hacia la vida o hacia la muerte, mientras que para el lector que no se haya hecho con los movimientos de la partida, el camino que está tomando el relato se le escapa; sin embargo, las jugadas dobles en la mente de Luciana, nos ayudarán a comprender a qué altura de la partida se encuentra hasta su “jaque mate” a la muerte.

  


Por último y a modo de conclusión, se puede considerar Campos de fresas como  un libro que toma temas muy cercanos a los jóvenes de hoy en día y con una gran carga emocional y un importante mensaje social. Por lo tanto, recomendaría su lectura a jóvenes de una edad de a partir de los dieciséis años, que pueden vivir directa o indirectamente situaciones de este tipo relacionadas con las salidas nocturnas, el sexo, los trastornos de alimentación, la ética en el periodismo o la relación distante con sus padres de las que pueden aprender y reflexionar; y aunque la historia tenga un final feliz –elemento posiblemente alentador para quien lo lee, pero del cual se podría sacar una lectura errónea-, no nos podemos olvidar de la causa por la cual Luciana se encuentra en coma: las drogas. Sin embargo, también aparecen otros valores más positivos a lo largo del relato, como la amistad y el amor, que permitirá al lector quedarse con un buen sabor de boca. Asimismo, el lenguaje sencillo y cercano al suyo, les permitirá leer la obra sin ninguna complicación y les hará sentirse más cerca de los personajes y de la situación que están viviendo. Por su estilo y su contenido, la novela de Jordi Sierra i Fabra se ha convertido en una lectura muy recomendable para los jóvenes de hoy en día. 

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