Cuando de noche llaman a la puerta
Ganador
del Premio Nacional de literatura infantil y juvenil en 1995 por Cando petan na porta pola noite, Xabier
P. Docampo es un maestro y escritor gallego aficionado al teatro y a la
literatura para niños y adolescentes. Autor de El misterio de las campanadas (1986), otra de sus obras más
notables, cuenta en su haber literario con obras pertenecientes a distintos
géneros, así como el rodaje de su obra homónima A casa da luz (2002).
La obra que comentaremos en esta entrada se titula Cuando de noche llaman a la puerta,
merecedora de su premio nacional hace ya 19 años. Este libro, publicado en 1994
por la editorial gallega Xerais e ilustrado por Xosé Cobas en su 3ª edición,
está compuesto por cuatro cuentos de terror, una carta del autor a su lector y
un poema final titulado “Cuando el autor habla de sí mismo”.
En
dicha carta titulada “Querido lector” y fechada en marzo del mismo año de su
publicación, Docampo le cuenta a destinatario que las historias que en esta
obra aparecen son historias que le contaron a él oralmente y que, después de
pasar un poco de miedo cuando las oyó, las hizo suyas, “se criaron en ese nido
del alma” y ahora nos las presenta con el deseo de que su lector también las
convierta en algo suyo. Alabando la capacidad de los seres humanos de crear
redes de cuentos, el autor acaba su carta exaltando la actividad de contar
historias, utilizando las palabras, nuestro bien más preciado: las palabras.
Después de la dedicatoria de este libro a sus
padres, Docampo presenta el primer relato corto: “El espejo del viajero”. Esta
historia, la única narrada en primera persona, nos cuenta la historia de un
viajero que encuentra, durante una noche fría de tormenta, una casa. La
sorpresa de nuestro protagonista llega cuando el hombre que le abre la puerta
es idéntico a él, salvo por su ojo izquierdo, que no tiene párpado. Tras
ofrecerle el anfitrión comida para pasar la noche y abundante vino, los dos
hombres se enzarzan en una pelea en la que el huésped es herido en la cara por
el anfitrión. Tras pasar varios días obligado en la cama, el protagonista
decide salir de su habitación y ver su nueva herida. Para su sorpresa, su ojo
izquierdo ya no tenía párpado, por lo que decide vengarse de su anfitrión
asesinándolo. Después de aquel crimen y tras enterrar el cadáver, nuestro
narrador decide, por fin, marcharse del lugar. Sin embargo, la llegada de la
nueva viuda a la casa le trunca su plan, que finalmente no se lleva a cabo, ya
que el viajero decide hacerse pasar por su víctima durante todo lo que le queda
de vida, porque ni siquiera la esposa del fallecido se había dado cuenta de que
él no era su marido.
“El Hornadas” es el segundo cuento de esta obra.
Como si fuera transmitido oralmente, el autor nos cuenta la historia de otro
asesinato, en este caso el de una vieja muy poco querida en un pueblo gallego,
ya que a lo único que se dedicaba era a molestar a los vecinos. Uno de esos
días, tres jóvenes deciden darle una paliza. Teixo es quien le da muerte
finalmente, lo que hará que la vieja se le aparezca distintas veces y le
extraiga distintas vísceras de su cuerpo. Atormentado hasta el final de sus
días, el Hornadas como después era conocido el asesino, aparece muerto en otro
pueblo con una herida en la cabeza, pero totalmente vacío por dentro.
El tercer relato que nos presenta Docampo es “Loba”.
En él se nos cuenta la historia de Isaura, una joven que se queda embarazada de
Silvestre, un joven gallego muy apuesto y mujeriego. Tras abandonarla, en un
arrebato de ira el día de la boda de este, le jura que se las pagará. Y así
sucede, convertida en loba tras suicidarse, Isaura baja hasta casa de Luciana,
la nueva esposa de Silvestre y le extrae el bebé del vientre para llevárselo.
Cuando Silvestre logra cercar a la loba dentro de un cobertizo en llamas,
Silvestre es alertado de que la loba lleva consigo a su hijo. Ante tal desesperación,
Silvestre entra en el lugar incendiado, donde muere junto a su nuevo hijo y su
antigua novia convertida en loba y en cenizas ahora.
El cuarto y último cuento es el titulado “El
cumplemuertes”. El menos escabroso de todos los relatos que nos presenta el
autor gallego, nos cuenta la historia de un hombre que recibe una carta en la
que se le dice que, dentro de unos años, en esa misma fecha, morirá. Ante tal
acontecimiento, el protagonista decide cambiar su vida y hacer que ese fatal
destino no se cumpla. Cambiando de ciudad, de domicilio y sin tener contacto
con nadie, el protagonista sigue recibiendo misivas de ese desconocido
remitente. El final de la historia, quizá la que más deja entrever la moraleja
de todos los presentados, es que el protagonista es el único dueño de su
destino: consigue conocer a la persona que le ha estado enviando los mensajes y
hablar con ella. Esa señora siniestra le cuenta que ella simplemente esperó el
momento, y alaba su afán de seguir adelante, de conseguir burlar a la muerte.
A modo de final y continuando con la temática de
miedo de toda la obra, el autor nos presenta unos versos titulados “Cuando el
autor habla de sí mismo”. Tal y como dice su título, Docampo nos presenta a
modo de poema con una anáfora constante sus miedos.
Sin duda, Cuando
de noche llaman a la puerta es una obra muy adecuada para los primeros
niveles de ESO, más específicamente para el primer curso. Como hemos visto a lo
largo de esta entrada, las historias que en ella encontramos captan, por su ambiente
tétrico, la atención de los jóvenes lectores. En cuanto a su estilo, es
cuidado: las descripciones están muy bien elaboradas y el léxico utilizado a
menudo puede hacer a los lectores recurrir al diccionario, herramienta con la
que deben familiarizarse en esta etapa educativa.
Por lo que respecta a las actividades que podemos
llevar a cabo son muy diferentes, ya que la variedad temática nos lo facilita.
Con el cuento del viajero, podemos comenzar un debate sobre qué harían los
alumnos y alumnas si se encontraran en la situación en la que se encuentra el
protagonista cuando ve por primera vez el parecido con su anfitrión. Tomando
como punto de partida la historia del “cumplemuertes”, podemos trabajar la
expresión escrita pidiéndoles a nuestros alumnos que reescriban el final de la
historia a partir del momento en el que el protagonista cambia de casa.
Como vemos, esta obra gallega ofrece distintas
posibilidades de trabajo en el aula. Creemos, por tanto, que sería adecuada
trabajarla con el nuevo alumnado de ESO, ya que es un libro breve, puede leerse
por relatos, y mantiene, sin lugar a dudas, la atención de los lectores hasta
la última frase de cada cuento que nos presenta el autor.
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