Alta en el blog

Blogger ha cambiado los criterios de seguridad y está bloqueando varios accesos con la cuenta alumnalij.

Para las personas que no puedan acceder, ruego que me escriban a joseroviracollado(arroba)gmail.com desde una cuenta de gmail y les invitaré directamente al participar en el blog.

domingo, 11 de enero de 2015

El misterio Velázquez

El misterio Velázquez, Eliacer Cansino


Dolly Britton Jiménez
El autor de esta obra es Eliacer Cansino, filósofo, sevillano y profesor de instituto con más de treinta años de experiencia. Entre sus obras literarias figuran numerosos títulos de literatura infantil, como Los ojos de Ícaro (1991), El gigante que leyó el Quijote (2005) y Mis primeras leyendas de Bécquer (2008). Pero no es sino la literatura juvenil con la que más ha destacado este autor, obteniendo premios tales como El Premio Ricardo Molina de Poesía, el Premio Internacional Infanta Elena y el Premio Lazarillo, obtenido este último por la obra que se analiza en estas líneas, El misterio Velázquez (1998).
                         
El Misterio Velázquez bien podría haberse titulado “El misterio Pertusato”, pues más que contar la historia del pintor, narra la de uno de los personajes que aparecen en su cuadro de Las Meninas: Nicolás Pertusato. Mezclando historia y fantasía con tal destreza que difumina la línea divisoria entre ambas, Cansino se sirve de los documentos encontrados -escritos por el propio Pertusato- para contar la historia de este muchacho italiano y, a su vez, responder con imaginación a los interrogantes que este personaje ha suscitado a lo largo de los siglos.

En la obra, Cansino da voz a Pertusato quien, a modo de explicación -o mejor dicho, de confesión- cuenta su historia desde su nacimiento, en un estilo que podría recordarnos al usado por el pícaro de Tormes. Huérfano de nacimiento y perteneciente a una familia de clase acomodada italiana, con tan solo seis años, Nicolasino es trasladado a España para ser uno de los enanos que sirvan a la Corte Española. Durante sus años de formación Nicolasillo (que es como le llaman desde que llega a España) demuestra su validez para memorizar y recitar versos y aprende a hacerse respetar pese a ser un niño y haber nacido enano.

Ya convertido en sirviente de los reyes, una concatenación de hechos y su amistad con Maribárbola (la enana pintada a su izquierda en Las Meninas) llevan al joven Nicolasillo a conocer al pintor Diego Velázquez, en el estudio del cual topa con un importante y misterioso personaje, Nerval. Gracias al gusto de Nerval por los versos de Dante que Nicolasillo recita, el enano se gana su favor y termina por servir en casa de Velázquez mientras éste realiza su obra maestra (en la cual, y por mediación expresa de Nerval y del Rey Felipe IV, aparecerá el muchacho en primer plano y a la derecha del mismo). 




A partir de ahí, con un lenguaje acorde a nuestros días pero con el deje típico de la época en la que sucede la historia, Cansino narra, sin escatimar en descripciones, una idea fantasiosa de cómo Velázquez ideó la estructura de Las Meninas tras hacer un pacto con quien, se insinúa, es el diablo: con Nerval.

Mediante una secuenciación lineal de los hechos que vive Nicolasillo hasta la muerte del pintor, Cansino transmite la información que Nicolás Pertusato redactara en los documentos históricos de que se disponen actualmente. Así, Pertusato explica por qué Velázquez aparece en el cuadro con la Curz de Santiago, mientras Cansino da su  propia explicación a hechos que los historiadores aún no han podido aclarar con exactitud, como por qué Nicolás parece un niño en el cuadro en vez de un enano y quién es el hombre de cara borrosa que aparece junto a Doña Marcela de Ulloa (véase la siguiente imagen). 



Dado que la trama del libro no ofrece tanta intriga como quizás se hubiese pretendido, no se trata de de una novela que enganche al lector desde el principio, sino que es más bien al final cuando se pone interesante. Por otra parte, cabe tener en cuenta que en el currículo escolar no entra el estudio de la pintura hasta Bachillerato. Estos dos aspectos me hacen concluir que este libro sería adecuado para alumnos de Bachillerato (pues hay más posibilidades de que tengan nociones de arte) o para alumnos de 4º de ESO, pues les sirve de aperitivo para la asignatura de Historia del arte. Además, independientemente de si escogen esa asignatura optativa o no, considero que en esos cursos los alumnos ya tienen una maduración lecto-literaria suficiente como para continuar con la lectura de algo que no es a priori fantasioso o que no tiene mucha acción hasta bien entrados en la narración.

Tras lo mencionado, solo queda destacar el mayor atractivo de esta novela: el autor sumerge al lector en una historia mitad cierta, mitad fantasiosa,  a través de la cual no sólo se descubren costumbres y modos de vida del s.XVII, sino que también se despierta el interés por la obra de uno de los pintores más importantes de todos los tiempos, Diego Velázquez, y sobre la historia y misterios que, aún a día de hoy, hay detrás de su gran obra, Las Meninas.

1 comentario: