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martes, 20 de enero de 2015

Caperucita en Manhattan - David Tenza

 MARTÍN GAITE, Carmen: Caperucita en Manhattan, Madrid, Siruela.

     Caperucita en Manhattan es una obra de Carmen Martín Gaite. Esta escritora nació en Salamanca el 8 de diciembre de 1925 y falleció el 23 de julio de 2000, y se le destaca por ser hija de un notario liberal, se licenció en Filosofía y Letras en la universidad de su ciudad natal Salamanca y en 1950 se trasladó a Madrid y se doctoró en la universidad de la capital de nuestro país. Carmen Martín Gaite fue una de las figuras más destacadas de las letras españolas en la segunda mitad del siglo XX, recibiendo grandes galardones por sus obras, como el Premio Nadal, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el Premio Castilla y León de las Letras y el Premio Nacional de las Letras Españolas, entre otros. Su obra abarca distintos géneros, como el ensaño o la literatura juvenil, pero es en la narrativa donde se le destaca a la autora salmantina.
Esta obra fue publicada en el año 1990 en Madrid por la editorial Siruela, y considero que es un libro que puede entenderse sin ningún tipo de problemas para los alumnos del primer ciclo de la ESO, es decir, a partir de los 10 años, ya que tanto el lenguaje que se usa como el argumento que de desarrolla en el mismo no supondrán ningún tipo de dificultad para ellos. Es más, se utilizan rasgos infantiles como la comparación del plano de Manhattan con un jamón o las “farfanías” que se inventa Sara Allen que confirman que es una obra destinada a un público infantil.
     Caperucita en Manhattan narra la historia de Sara Allen, una niña que vive en Nueva York, más concretamente en Brooklyn, con una familia sencilla. Su madre cuida ancianos, su padre es fontanero y su abuela es una antigua estrella musical, cuyo nombre artístico es Gloria Star, es una mujer libre que vive por su cuenta y vive en Manhattan. Sara es una niña con una gran imaginación que le sirve para inventarse historia que ella misma protagoniza, además de ser una asidua lectora e inventarse su propio vocabulario con palabras como “miranfú”, a las que llama farfanías. Sara adora a su abuela Rebecca Allen, por ser una mujer libre y vivir en el lujoso barrio de Manhattan, el cual visitaba con su madre todos los sábados acompañadas de una tarta de fresa, la cual le salía muy sabrosa a su madre con una receta que nunca había salido de su familia.
     Sara es una niña con mucha intriga, desea recorrer el mundo y mira el exterior con ilusión de conocer todo lo desconocido, mientras que su madre es una mujer convencional y muy rutinaria a la que siempre le gusta hacer lo mismo. Por ese motivo, Sara se identifica más con su abuela Rebecca, a la que mira con entusiasmo y a la que desea imitar y seguir su modelo. Su afición por la lectura y los viajes le viene por Aurelio Roncali, un novio de su abuela al que nunca llegó a conocer, aunque ella lo deseaba con todas sus ganas, ya que le regaló a distancia sus primero libros y el plano de Manhattan, que ella comparaba con un jamón por su forma. Cuando la joven niña se entera de que nunca va a conocer al señor Roncali, cae enferma con fiebres y le produce una gran tristeza, ya que soñaba con conocerlo y visitar su tienda de libros llamada El Reino de los Libros.
     Cierto día, los padres de Sara se ven obligados a dejar a su hija al cuidado de sus vecinos y ella decide escaparse e ir a Manhattan vestida con su abrigo rojo y su cesta de mimbre con la tarta de fresa. Cuando llega en metro conoce a Miss Lunatic, una vagabunda a la que ve llorando tirando en el suelo. Esta señora completa la figura de la abuela del cuento original de Caperucita, pero es la gran diferencia con el cuento tradicional ya que es un personaje más moderno, que transforma su voz y su rostro al hacer el pacto de sangre con Sara. Este enigmático personaje le dice a la joven niña que le puede llamar Madame Bartholdi, que es la madre del escultor de la estatua de la Libertad, y que ella misma es el espíritu de la libertad, y cuando se transforma se le pone la cara de la estatua.
     Más tarde, Sara conoce al dueño de El Dulce Lobo, que era conocido como el Rey de las Tartas, llamado Edgar Woolf, que también tiene diferencias con el lobo del cuento tradicional ya que está obsesionado con su negocio porque a nadie le gusta la tarta de fresa que se ofrece en su gran multinacional. Este personaje engaña a la niña para que le dé la receta de la tarta de fresa de su madre diciéndole que vaya a casa de su abuela en su mejor limusina, mientras que él llega antes porque hace que ella vaya mucho más lenta dando vueltas por la ciudad. La historia finaliza cuando Sara ve a su abuela bailando con Mister Woolf, que era un gran admirador suyo cuando era joven, y la niña utiliza una extraña moneda que le dio Miss Lunatic para llegar a la estatua de la Libertad, donde se puede deducir que vivirá más aventuras, ya que es un final abierto.
     En cuanto a la estructura del libro, se trata de un relato en tercera persona que está dividida en dos partes: la primera de ellas es cuando Sara Allen sueña con la libertad, y en la segunda vive la aventura como equivalente a la aventura de Caperucita tradicional en el bosque. Además, la obra se divide en trece capítulos, dejando un final abierto en el último de ellos. El narrador es omnisciente, ya que conoce todos los detalles de la historia y los pensamientos de los personajes, aunque no participe en el transcurso del libro. El lenguaje que se utiliza es muy sencillo, por lo que a los alumnos les resultará muy fácil comprender la obra. Por el contrario, aparecen bastantes descripciones que son bastante largas, por lo que a los jóvenes alumnos se les puede hacer bastante aburrido en ese aspecto, aunque se trata de descripciones fluidas pese a la longitud.
     Podríamos decir que estamos ante un libro de fácil comprensión y con un argumento sencillo y claro, con el tema de la libertad como base de la obra. Ese papel lo encarna la abuela de Sara, Rebecca, y también la vagabunda Miss Lunatic, con la joven niña deseosa de conseguirla, ya que como dice en el libro, todo niño de Brooklyn mira la ventana deseoso de libertad y de conocer el gran barrio de Manhattan, que es donde la abuela de Sara, más concretamente en Morningside. En ese barrio anda suelto “el vampiro del Bronx”, que aunque no aparece en la obra, desempeña el papel que tenía el lobo en el cuento tradicional, ya que a Sara le advierten que no debe ir por el parque de en frente de casa de la abuela porque ese asesino anda suelto, lo mismo que ocurría en el bosque con el lobo.
     Para concluir, podemos decir que Caperucita en Manhattan es una novela que puede ayudar a los jóvenes alumnos a ver lo que hay detrás de los cuentos y también les puede ayudar a reflexionar sobre la libertad y cómo debemos afrontarla. El tema de la libertad, sumado con la facilidad a la hora de comprender la obra, creo que sería una buena elección trabajarla con cualquier ciclo de secundaria.


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