Cartas
de invierno, Agustín Fernández Paz
Ediciones SM, 1998
Págs. 135
Agustín Fernández Paz, autor de Cartas de invierno, engloba esta novela corta dentro de la
colección de novelas de misterio. Dicho autor es
uno de los pocos escritores del sistema literario infantil y juvenil gallego
que se puede considerar un clásico contemporáneo. Sus obras han abierto
corrientes formales y temáticas para cubrir vacíos en el sistema; muchas de
ellas se han convertido en modelos a imitar por otros escritores.
La historia da comienzo en casa de Teresa cuando ésta recibe unas
cartas de su hermano Xavier Louzao. A partir de este momento se va
desarrollando toda la trama argumental. La novela va desarrollándose en forma
epistolar, a través de diversas voces narradoras que pertenecen a Adrián Novoa
y a su amigo Xavier, y que se van sucediendo a lo largo del libro. El autor nos
sitúa, pues, ante una novela de terror, bien estructurada y narrada, en la que
destaca la lograda progresión del relato, que gana intensidad y misterio en
cada página.
A través de estas cartas, va transcurriendo la acción que
tiene lugar en Galicia. En estas cartas que Teresa recibe de Xavier, éste le
cuenta sus experiencias con su amigo Adrián Novoa. Pero la carta contenía otros
sobres que, según le decía su hermano, si no volvía a saber nada de él, debía
entregarle las cartas al inspector Sotullo. Pasaban los días y Teresa no
recibía noticias de él. Otros sobres contenían las cartas que Xavier había
recibido de Adrián a su vuelta de Canadá.
Adrián Novoa, un pintor gallego que reside en el extranjero,
es incitado por su amigo Xavier para comprar una casa encantada en una aldea de
Galicia.
En ella quiere encontrar la paz necesaria para explorar nuevos caminos
en su pintura. Pero la casa esconde un hondo misterio en la que sucesos muy
extraños acaban con la vida de los dos amigos. Las cartas relataban los
mensajes misteriosos, las voces extrañas y las situaciones en las que se veía
Adrián Novoa que son los ejes sobre los que gira Cartas de invierno. Estos fenómenos extraños como el de los
mensajes de fax, el libro con el dibujo cambiante de la chica o los ruidos lo
experimenta tanto Adrián como Xavier, quien va a la casa tras leer los mensajes
de socorro de Adrián en las cartas recibidas. Con la visita a la casa se va
desencadenando la historia que termina con los dos amigos. Para purificar todo
aquello, Adrián decidió prender fuego a la casa para así purificarlo todo. La
historia entonces vuelve al principio con Teresa quien, muy preocupada, acude al
inspector Sotullo con el que se dirige a la casa encantada en busca de su
Xavier y Adrián, de lo que nada más se supo.
La incertidumbre y el misterio en la literatura juvenil hace
que Cartas de invierno genere interés
y enganche en el lector adolescente, pues la constante intriga sobre lo que
pasará se hace patente desde las primeras líneas de la novela. También tiene
mucho que ver la forma y el lenguaje empleado, pues como ocurre en muchas
novelas juveniles, el autor emplea un lenguaje real que pretende reproducir el
lenguaje coloquial o estándar del adolescente. De esta manera, es un tipo de
novela corta que, sin problema, puede trabajarse en el aula. Por su sencillez,
su lenguaje, su estética puede resultar interesante, divertida y atrayente para
los jóvenes, incluso podríamos trabajarlo desde primero a cuarto de la ESO,
dando un enfoque diferente para cada nivel.
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