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viernes, 23 de enero de 2015

Gabriel Janer Manila, Samba para un «menino da rua», Edebé, Barcelona, 2000 (126 páginas) ·.· por Ignacio Yarza



Gabriel Janer Manila nació en Algaida, en el Plà de Mallorca, el 1 de noviembre de 1940. De rostro marcado y mirada profunda, sabe abrir los ojos en la oscuridad y rastrear memorias, propias y ajenas, que traslada a sus libros.
Su vocación maestro, y escritor: también. Su sonrisa conoce la posguerra, quizás por ello suena más fuerte, más lejana.
 Se inicia en el mundo editorial con la novela   L'abisme (Palma, Moll, 1969). Su labor como novelista acompaña en paralelo y en perpendicular a su labor como ensayista, narrador infantil y juvenil. Entre Petita memòria d'un mestre del meu temps (Barcelona, Galba, 1975) y Angeli musicanti (Barcelona: Edicions 62, 1984) publica El rei Gaspar (Barcelona, La Galera, 1976) con ilustraciones de Monserrat Torres, obra incluida en la Lista de honor del Premio de la CCEI.
De sus novelas destacamos algunas: Els rius de Babilònia (Barcelona, Edicions 62, 1985); La dama de les boires (Barcelona, Plaza & Janés, 1987); Satan estima Berlín (València, Tres i Quatre, 1990);    La vida, tan obscura (Barcelona, Columna, 1996); o Un peu a la lluna, l'altre a les tenebres (Barcelona, Columna, 2008).
Con su obra Tot quan veus és el mar (Barcelona, La Galera, 1987) con ilustraciones de Mercè Arànega, ganó el Premi de la Generalitat de Catalunya al millor llibre infantil i juvenil 1987 así como el Premio Nacional de Literatura Infantil. Ministerio de Cultura 1988. Fue traducido al castellano, al gallego, al alemán y al neerlandés.
Destaca también una recopilación de cuentos: Contes per als qui dormen amb un ull obert. (Barcelona, Bruño, 1989) con Ilustraciones de Roser Rius.
Cree en la literatura como un rumor consubstancial al ser humano, depositado en la necesidad de contar historias y contarse en ellas. La oralidad irrumpe en sus obras, hasta asentarse cómoda y desdoblar así la voz que narra, a través de múltiples personajes.

Para escuchar al autor, puedes consultar esta entrevista
   
Samba para un «menino da rua»
El rugido de los tambores africanos en pleno Río de Janeiro; las balas pagadas «a tant la peça»; las marionetas de Beto; el fútbol como espectáculo que perpetúa la miseria y a la vez como una contraseña de salvación; el xilofón fabricado con huesos de caballo, o la samba fúnebre cantada por “el Negro”; escenas que transportan, con el rumor de los clásicos, la memoria oral de unos personajes condenados al naufragio.

 Argumento
Río de Janeiro. Una suerte de Babilón contemporánea engulle a Paulinho. Su madre, Benedita Moreira, sale de la favela Rocinha en su busca. Paulinho es el mayor de tres hermanos (Amazoninho y Joan Batista) también perdidos, arrojados a las calles de Río desde los nueve años.
El marco fundamental de la obra queda estructurado por dos capítulos iniciales y dos capítulos finales que recuperan el tiempo de la narración. El interior que dibujan esos cuatro capítulos, está compuesto por dieciséis cajones de historias. Porque eso es un capítulo de Janer Manila: un entramado de historias cruzadas que van asentando el tamiz con que debemos mirar la trama principal.
A lo largo del libro acompañamos a Benedita por los paisajes desolados de su infancia: una guerra, la masacre de su aldea, su huida entrecortada por un romance con un soldado (Luciano, su primer amor), de nuevo la huida (cómo soportar el mero tacto de las manos que asesinaron a su familia), Beto y los títeres en la plaza, el nacimiento de Paulinho,…
Una historia fragmentada por las anécdotas de personajes que aparecen y se desdibujan a través de los recuerdos de Benedita: Doña Mariana, Beto (su segundo marido, con quien traerá al mundo a Amazoninho), Mauro (padre de Joan Batista), Celio dos Santos (entrenador entusiasta y futbolista frustrado), el Negro (sombra o vestigio de la barbarie esclavista, alma de músico y luthier por necesidad).

Variedad de temas
El contraste de una realidad maravillosa con otra cruda, feroz y descarnada, hace que existan diversos puntos de vista, formas distintas de aproximarse al texto y por lo tanto una riqueza considerable de temas a trabajar en el aula. Permite a su vez el acceso a una realidad distante —geográficamente—, y cercana en aspectos puntuales como la miseria en las grandes ciudades, el tráfico de drogas o la corrupción. 
La diversidad, la música, el fútbol, el contraste pobres/ricos, la transculturación, lo que está bien/mal, la venganza, son algunas cuestiones que pueden trabajarse a partir de la lectura del texto. Por su extensión, es una obra que sería difícil trabajar exclusivamente en el aula. Presentar el texto, realizar la lectura de algunos pasajes e introducir así a los estudiantes en ella puede facilitar su lectura individual.

Actividades que pueden ajustarse al aula

  • En colaboración con el departamento de Música, podría organizarse un taller de instrumentos fabricados por los estudiantes.
  • También se puede realizar un debate por temas. Que los estudiantes los conozcan antes de terminar la lectura de la obra y que rastreen aquellos elementos que pueden ayudarles para preparar el debate. En dos sesiones se podría trabajar esta actividad, previa lectura del texto, y sería una forma de evaluar al grupo sin necesidad de recurrir al examen de lectura.


 

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