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viernes, 23 de enero de 2015

Misterios alrededor de La catedral, por Victoria Eugenia Cánovas Miralles

La catedral[1]
        
            A lo largo de este trabajo analizaré la obra La catedral, de César Mallorquí, dando datos relevantes sobre dicha novela juvenil que propongo reseñar, además de hablar sobre la utilidad de la obra en las aulas de Educación Secundaria. Sin embargo, antes de acometer el objetivo que propongo, creo necesario dar algunos datos, que considero importantes, sobre el autor.

César Mallorquí

César Mallorquí (1953-) es un publicista, periodista, guionista de radio, además de escritor de novelas de género infantil y juvenil. Con la novela propuesta para reseñar obtuvo el Premio Gran Angular 1999.

Portada de La catedral
La catedral es una novela cuyas principales vías son la fantasía y el misterio, algo que engancha al lector desde el primer momento en el que se abren sus páginas. La historia narra la aventura de Telmo Yáñez, quien parte de Navarra a Bretaña para la construcción de la catedral de Kerloc’h: «-Quería mantenerte alejado de la escultura para que esa habilidad tuya no estorbara tu aprendizaje, y ahora yo mismo te estoy obligando a que ejerzas de imaginero en un remoto lugar –suspiró-. Pero supongo que un hombre no puede escapar de su destino, y que si la naturaleza te dotó de un don tan prodigioso ha se ser por alguna razón.»[2]. Es una novela que enmarca fantasía, aventura e historia. En ella vemos reflejados motivos como las cruzadas, los templarios, o referencias a las peregrinaciones religiosas, propias de la Edad Media: «Durante el estío, la afluencia de peregrinos se incrementaba mucho,  y constantemente nos cruzábamos con grupos de caminantes, algunos muy numerosos, que se dirigían a Compostela bajo un sol abrasador […] y yo me dije que hacía falta mucha fe para abandonar el hogar y recorrer cientos de leguas, mas luego caí en la cuenta de que yo mismo me había embarcado en una especie de peregrinación al revés.»[3].

La obra toma como base para esta trama las guerras por la conquista de Jerusalén y las distintas órdenes templarias:

Había otras órdenes de caballería, como los hospitalarios, los teutónicos o… o una pequeña congregación llamada Orden de los Caballeros del Águila de San Juan de los Siete Sellos. […] ¿Recuerdas que, tras robar el tesoro del Temple, Simón de Valaquia desapareció? Lo hizo sin dejar rastro, pero la pregunta es: ¿cómo? […] Lo ignoro –dijo-. Pero fueron los aquilanos quienes sacaron de Acre a Simón y el tesoro, […] Además, desde ese día la orden desapareció de Tierra Santa y no volvió a saberse de ella. […] En Kerloc’h están construyendo una catedral, ¿verdad? Pero ¿quién corre con los gastos, quién paga los salarios y costea los materiales? […] La construcción de la catedral de Kerloc’h está siendo financiada por la tan largo tiempo desaparecida Orden del Águila de San Juan.[4].

Estos elementos fantásticos, históricos y legendarios son lo que hacen que el lector mantenga puesta toda su atención durante todo el desarrollo de la obra. Vemos, al comienzo de la obra, cómo el misterio a resolver toma el primer plano a ser visto; ello hace que el lector tenga interés por lo que se va sucediendo a lo largo de las páginas que envuelven el libro: «Al parecer, Thibaud abandonó la construcción de la catedral hace año y medio […] El problema es que desde entonces no se ha vuelto a saber nada del maestro […] De hecho, pensamos que en realidad Thibaud nunca abandonó Bretaña, de modo que será preciso indagar allí. […] Según el monseñor me reveló, en esa villa de la Bretaña vienen sucediendo desde hace tiempo cosas insólitas.»[5].

Respecto a la estructura externa del libro, éste se divide en catorce capítulos, un prólogo y un epílogo; además, cada capítulo está dividido por tres asteriscos, dependiendo de la acción que conlleve, lo que facilita una lectura más rápida, pero a la vez comprensiva.

En lo que conlleva a la estructura interna del relato, es en el prólogo donde el autor nos adentra en la historia que se va a desarrollar: «En el interior de la cripta reinaban las tinieblas, la humedad y el miedo. El hombre que yacía en la oscuridad, sentado en el suelo con los brazos rodeando las encogidas piernas, era un anciano de pelo canoso y piel curtida por la vida al aire libre.»[6]. La introducción comprende los capítulos uno y dos, donde vemos que el protagonista relata los acontecimientos previos a su aventura en Bretaña. Desde el capítulo tres y hasta el doce es donde acontecen las acciones del protagonista, principalmente la realización de una escultura, y de los que le acompañan: «Un poco más allá de la aldea, en una verde franja de tierra que penetraba en el mar encaramada sobre unos acantilados, se alzaba la construcción más extraordinario que jamás he contemplado. Era un templo, una catedral. La catedral de Kerloc’h.»[7].

Finalmente, en los dos últimos capítulos vemos cómo el misterio se resuelve y cómo los personajes luchan contra el mal que está a punto de erigirse sobre la Tierra: «Me despedí de mis amigos agitando la mano y luego tomé el camino del este. Antes de perder de vista Kerloc’h, volví la mirada atrás y contemplé por última vez el ancho mar, la bahía, la negra fortaleza y las ruinas de la catedral que yo había contribuido a erigir.»[8].

El lenguaje empleado por el autor es inteligible, pero vemos muchas acepciones propias del jerga arquitectónica y escultórica, además de la empleada para describir las vestimentas de los caballeros templarios. Además, gracias a las magníficas descripciones del autor, el lector se adentra en el mundo medieval de la artesanía y de la arquitectura, además de en las vidas de los protagonistas[9]. Vemos cómo la arquitectura y la imaginería toman importancia a medida que va avanzando el relato. Por ello veo necesarias la realización de actividades de pre-lectura para hacer que los jóvenes lectores se adentren en el mundo del medievo y que la lectura de La catedral no les sea muy pesada, ya que la temática podría no resultarles interesante al encontrarse alejada de la realidad que ellos viven.












[1] César Mallorquí, La Catedral, Madrid, Ediciones SM, 2013.
[2] César Mallorquí, La catedral, Madrid, Ediciones SM, 2013, pág. 41.
[3] Ibidem, págs. 44-45.
[4] Ibidem, págs. 63-64.
[5] Ibidem, págs. 33-34-35.
[6] Ibidem, pág. 7.
[7] Ibidem, pág. 75.
[8] Ibidem, pág. 220.
[9] Me ha recordado mucho a la novela de Laura Gallego, de misma temática, Finis mundi (1999), también empleada como lectura para alumnos de Educación Secundaria.

martes, 20 de enero de 2015

La Catedral de César Mallorquí- Ester Pomares

        


La catedral

          Telmo Yañez nació en el Reino de Navarra y el día de su decimocuarto cumpleaños le dan el día libre en el trabajo. Él aprovecha ese tiempo para centrarse en una escultura de la Virgen embarazada que estaba haciendo. Es ahí cuando consigue transmitir la pasión que siente cuando esculpe una figura. Como estaba tan absorbido por su trabajo no notaba la presencia de su padre, maestro constructor, que le observaba cómo trabajaba. 

Es su padre que impresionado por su trabajo decide que tienen que reunirse con sus compañeros en la logia para enseñarles dicha escultura. Telmo sale de la reunión convertido en un aprendiz.
Tras ese importante acontecimiento su padre le explica el valor de la libertad que su trabajo puede otorgarle:

“Libre, Telmo, porque un masón no está sujeto a poder alguno. Cierto es que tenemos patrones, aquellos que nos encargan las obras y aportan el capital, pero se trata de una relación libremente aceptada por ambas partes, en virtud de un contrato que concluirá una vez finalizado el trabajo. Luego, el masón será libre para ejercer su oficio donde le plazca.”

Además, su padre le indica que para su formación es importante que realice un tour, es con ese pretexto por el que Telmo viaja a Bretaña para trabajar en una catedral y aprender de Hugo de Gascuña. Pero a Telmo le extraña la apariencia de sus tres acompañantes que se hacían pasar por artesanos como él pero que realmente eran combatientes templarios. Además, su padre le da la misión no sólo de esculpir en la catedral sino intentar averiguar sobre la misteriosa desaparición de su amigo el maestro Thibaud de Orly. 

Tras llegar a Kerloc'h para la construcción de la catedral y del altar, Telmo conoce a diferentes personas, se destaca a Korrigan que pese a que le describe como una persona “loca” no duda en darle parte de su comida y hablar con él. Al igual que Telmo Yáñez que a pesar de ser de otra religión Telmo lo respeta. 

Sería justo a Korrigan a quien le sucede una desgracia y muere en un supuesto accidente tras contarle a Telmo que existe otra cámara secreta, ya que Telmo junto a sus compañeros había descubierto una cámara con el signo del maestro Thibaud de Orly escrito en sangre. 
A partir de ahí comienzan a ocurrir desapariciones, hasta que averiguan que la catedral que estaban construyendo no estaba dirigida a Dios sino al demonio Lucifer. Telmo luchará con la ayuda de sus amigos para la destrucción de la catedral y el poder vencer a quien quería convocar al demonio,  Corberán de Carcassone y Simón de Valaquia.
Al final Telmo explica como le sonríe al demonio, mostrando su seguridad y confianza en él mismo. Eso si, también narra que las maldiciones que Corberán de Carscassone le hace al final a él y sus compañeros se cumplen de forma directa o indirectamente. 

Como se puede comprobar el autor, César Mallorquí, consigue con esta obra, y las descripciones que en ella aparecen, no sólo aumentar el vocabulario de los alumnos, tanto específicos de la artesanía como de aquella época, sino también situar al lector en la época y engancharlo con su fantasía y misterio. Pero además, también muestra al lector valores como la libertad, o el respeto por las personas diferentes y lo importante que es sentir pasión por lo que se hace. Por lo tanto, esta obra se puede trabajar en el segundo ciclo de la ESO, para reforzar las descripciones, el vocabulario y el intertexto del lector. 

miércoles, 14 de enero de 2015

La catedral, de César Mallorquí (Antonia Cuenca Honrubia)

César Mallorquí nació en Barcelona el 10 de junio de 1953. Es periodista, guionista de radio, creativo de publicidad y escritor de novelas de literatura fantástica y ciencia ficción.
César Mallorquí nos relata una historia de un joven artesano, de catorce años de edad, llamado Telmo Yáñez. Telmo viaja a Bretaña con la misión de construir una catedral, además de investigar sobre la desaparición del maestro constructor. Este hecho lo llevará directo a una serie de acontecimientos misteriosos que lo pondrán en serio peligro. Narrado en primera persona, el autor nos mete de lleno en la piel de Telmo, siendo este tipo de narración perfecta para que el lector sepa exactamente lo mismo que sabe Telmo, descubriendo la trama al mismo tiempo que el protagonista. Este recurso está muy bien utilizado y el autor lo usa de manera acertada y adecuada para crear momentos de tensión y de intriga, provocando que el lector sienta la necesidad de seguir leyendo para descubrir qué ocurrirá a continuación.
El autor, además, ha hecho un gran trabajo de investigación, ya que la novela derrocha historia por todas partes, por lo que contiene una buena carga cultural que ayudará a que el lector desarrolle una experiencia lectora positiva y que su intertexto se vea enriquecido.
El hecho de que el protagonista tenga catorce años hace que el lector de Educación Secundaria Obligatoria se sienta más identificado con él, puesto que si Telmo fuera adulto, resultaría más complicado que el alumno sintiera esta empatía por sus vivencias. Aparte de la trama de intriga, se entremezcla una subtrama romántica que puede enganchar al neolector, puesto que se encuentran en una edad complicada para este tipo de temas y seguramente se sientan atraídos por su lectura.


martes, 13 de enero de 2015

La catedral - Pilar Martínez Albero



MALLORQUÍ, César, La catedral, editorial SM, 2007, págs. 223.
La novela La catedral fue redactada por el escritor César Mallorquí (1953) en el año 1999. El escritor catalán ha sido periodista, publicista y guionista de radio, aunque sobresale por la escritura. Su literatura destaca por ser fantástica y de ciencia ficción y, a pesar de que La catedral es una novela histórica, también es una muestra de estos estilos, ya que trata unos extraños y sorprendentes sucesos en la catedral de Kerloc’h.
La novela está ambientada en el siglo XIII, por lo que nos devuelve a la época medieval, representada mediante la experiencia del joven narrador-protagonista Telmo. Por su trabajo y sus situaciones de vida, nos adentra en el oficio de los artesanos, los masones y los templarios sobre las extraordinarias y admirables construcciones de esta época. Por tanto, distinguiremos a lo largo de la novela diferentes tintes característicos de la Edad Media.
Introduciéndonos en el análisis del libro, señalamos que está dividido en dieciséis partes: un prólogo, catorce capítulos y un epílogo; y dentro de cada capítulo separa escenas mediante tres asteriscos. Tras su lectura podemos comentar que la novela versa sobre la historia de Telmo Yáñez, un joven que es aceptado en la logia de la francmasonería, y que ha de marcharse a Kerloc’h con tres caballeros templarios para trabajar en la construcción de una catedral. Sin embargo, el hecho principal que le llevó hasta allí fue la desaparición de Thibaud de Orly ─maestro del padre del joven─, por lo que este incidente desencadenará otros misterios y peligros a los que se tiene que enfrentar.
Para comprender mejor la estructura interna de la novela, distinguimos el inicio o planteamiento de la historia en el capítulo uno y dos, donde Telmo es aceptado en la logia, por lo que su padre le encomienda el viaje hacia Kerloc’h para construir la catedral y buscar al que fue su maestro, Thibaud. Por otro lado, el nudo abarca desde el capítulo tres al diez, ya que es donde el protagonista va conociendo a los personajes de Kerloc’h, y cuando se van desarrollando los misterios sobre la catedral. Por último, el desenlace lo encontramos desde el capítulo once al catorce, pues es el momento en el que comienzan a descubrirse los misterios.
Como se ha comentado anteriormente, a lo largo de la novela podemos contemplar distintos rasgos de la época medieval. Por ejemplo, la relevancia que tiene el teocentrismo, la exacerbada creencia religiosa y supersticiosa, como la lucha entre el bien (Dios) y el mal (Lucifer): ─Los aquilanos siguen, a su manera, las revelaciones del Apocalipsis de san Juan, un texto que anuncia la llegada del anticristo y la batalla entre las fuerzas del bien y el mal, el Armagedón (pág. 192). Por tanto, se observa cómo la Edad Media era una época de supersticiones; lo vemos también con los sacrificios (Los conjuros para convocar al diablo requieren el sacrificio de una virgen, pág. 192).
Por otro lado, en cuanto a los personajes de la época, destacamos la labor de la logia masónica y el mundo de los constructores e imagineros, caracterizados por los continuos viajes para conocer los diferentes estilos. Otro tema derivado de la época es la importancia de los templarios, como las órdenes militares cristianas, con el propósito de proteger a los cristianos y guardar sus fortunas, así como el poder e interés económico de las Cruzadas para restablecer el control cristiano (La pérdida de las posesiones cristianas en Jerusalén había causado una desbandada general hacia las fortalezas de la costa. […] además de sus vidas, deseaban poner a salvo sus fortunas; pág. 60). Por tanto, evidenciamos que el poder eclesiástico es muy fuerte en esta época: Tened presente que todas las órdenes militares deben someterse a la autoridad pontificia. Incluso los poderosos templarios; pág. 108).
Además, en lo que atañe a los descubrimientos científicos, vemos cómo todavía no están instauradas y admitidas las ideas sobre la Teoría esférica de la Tierra y la Teoría de la gravedad (Sonreí ante la absurda idea de que la Tierra fuera redonda –de ser así, los que están bajo se caerían-; pág. 70).
Por otro lado, si algo debemos destacar en la redacción de la novela es la capacidad para mantener la tensión durante toda la obra. Primeramente lo vemos con el prólogo, donde el escritor nos adelanta que han asesinado al maestre, del que no sabemos quién es, ni dónde fue, ni el motivo, por lo que capta la atención del lector para seguir leyendo, con el fin de descubrir estos enigmas. Continúa manteniendo la intriga durante la historia: pero sí debía importarme, pues estaba escrito en el libro del destino que, de entre todos nosotros, yo fuera el que más iba a padecer las consecuencias de aquellos acontecimientos, pág. 28). Del mismo modo, tiene relevancia el epílogo porque nos crea la duda sobre la maldición final que les destina Simón de Valaquia a él y a sus compañeros.
Por lo comentado, señalamos que esta novela podría ser propuesta para el curso de 3º y 4º de E.S.O., dado que el tema de la novela histórica, a pesar de haberse tratado de una manera sencilla, creo que es necesario que los alumnos tengan cierta experiencia en extraer de la lectura datos de época como los que presenta el autor. Además, observamos temas educativos, ya que se tratan valores como la valentía de Telmo ante situaciones complicadas, la perseverancia y el trabajo serio, cuidadoso y personal del protagonista con su oficio, la dualidad del bien y el mal, es decir, lo positivo de trabajar honestamente y las consecuencias negativas del robo y del fraude, etc.
Para finalizar, he de remarcar la manera sencilla, asombrosa y terrorífica del escritor para plasmar las características de la Edad Media, de sus personajes peculiares, de la forma de vida, de los pensamientos e ideales, etc. De esta forma, César Mallorquí consigue que el joven lector, de una manera fantástica, lea literatura histórica, historias del pasado que pueden, incluso, asemejar con situaciones del presente. Así, los alumnos aprenden particularidades del medievo, a través de un personaje que los hace identificarse desde su experiencia, al mismo tiempo que conocen y entienden distintos valores sociales y morales de la vida.   

domingo, 4 de enero de 2015

La catedral - Ramón Pérez



La Catedral es una novela publicada en 1999 del escritor y periodista barcelonés César Mallorquí con la que obtuvo el Premio Gran Angular en dicho año. Autor de otras novelas como La Mansión Dax, El coleccionista de sellos El viajero perdido ha trabajado también como publicista y guionista de radio y se caracteriza por ser creador de novelas fantásticas y de ciencia ficción. Su libro La Catedral es una novela histórica con tintes fantásticos.
La Catedral alberga una historia trepidante contada en primera persona por un adolescente del reino de Navarra de finales del siglo XIII. Telmo Yáñez, hijo de un francmasón maestro constructor, es llevado en el día de su decimocuarto cumpleaños a la logia para ser propuesto como aprendiz de masón. A partir de su aceptación como tal dejará de ser un adolescente más y se convertirá, involuntariamente, en el elegido de Dios para salvar el destino de la humanidad.
La historia comienza en Estella, un pequeño pueblo enclavado en la ruta peregrina que desemboca en Santiago. De ahí su nombre, en honor a la estrella de Compostela. Telmo, además de un voraz aprendiz, es un fantástico imaginero en los pocos ratos libres que le dejan las obras de Santo Domingo en las que trabaja mientras el sol brille. Su vida da un vuelco cuando en apenas unos días, su monótono pueblo ve alterada su continua calma con la llegada de un jinete de Francia, primero, y del obispo de Pamplona, después. Ambos con un mensaje de vital trascendencia para nuestro protagonista, el cual desconoce por completo.
El padre de Telmo le hace ver que ha de partir a Bretaña para seguir con su formación; debe efectuar el Tour que él y el resto de aprendices de francmasones realizaron en su juventud. Se trata de un itinerario largo por diferentes poblaciones de Francia con el objetivo de conocer todos los tipos de técnicas y edificaciones para así completar sus estudios. Pero es mucho más que eso, su destino es la villa de Kerloc'h, en Bretaña, donde precisan imagineros ya que se está construyendo una majestuosa catedral y donde debe investigar la desaparición de Thibaud de Orly, un maestro constructor de renombre.
En apenas unos meses Telmo pasa de ser un joven anónimo a enrolarse en una investigación que conforme avance tendrá más dificultad, más intriga y más peligro. Lo que aparentemente es una simple catedral resulta ser un templo financiado por la oscura Orden del Águila de San Juan donde se invoca al anticristo y donde se encubren una serie de asesinatos y desapariciones.
Para su largo trayecto contará con la compañía de tres fieles caballeros templarios que representan a la perfección el papel de colegas de fatigas, excelsamente representado por Cervantes en la figura de Sancho en El Quijote. Además, se cruza con personajes tan variopintos como los valores y las sensaciones que encarnan. El amor adolescente aparece con Valentina, la hija del maestro Hugo de Gascuña, quien acoge a Telmo en Kerloc'h. También aparece la amistad sin condiciones en la figura de Korrigan, un pobre loco que entabla relación con nuestro protagonista. Y, por supuesto, el mal sale a escena con los personajes del Orden del Águila de San Juan (sus mercenarios turcos dirigidos por Corvan/Simón de Valaquia y el jefe de la Orden, Corberán de Carcassone). Este último sufre una transformación, pues pese a conocerse desde el principio de la novela que él era el jefe de tan tenebrosa organización, se comportaba con Telmo casi como un tutor cuando iba a tallar todas las mañanas a su fortificación.
Pienso que esta novela estaría más recomendada para alumnos del segundo ciclo de secundaria por su compleja trama y su amplio tecnicismo -que por otra parte da un realismo atronador- que se evidencia en vocablos como los siguientes: buril, arpillera, gubia, labriego, estabular, cabrestantes, jubones... El autor emplea a la perfección todas estas palabras de la época y, sobre todo, del argot de la construcción para que el lector se sumerja en una realidad que nunca ha conocido. La documentación es amplísima y ello implica que el alumno busque y aprenda mientras lee; ha de saber cuánto equivale el peso de once arrobas o la distancia de siete leguas, incluso la altura de algo que está situado a cuarenta pies del suelo. Sería una gran idea emplear esta obra para llevar a cabo una salida, coordinada con el departamento de Historia, a un museo con el objetivo de conocer mejor la Edad Media.
La Catedral es una historia trepidante, de impecable actualidad pese a desarrollarse ocho siglo atrás, puesto que los valores que refleja relacionados con la adolescencia podrían valer perfectamente en el día de hoy. Y por encima de todos resalta uno, el de la libertad del chico para elegir su propio destino, su propia vida. Su padre, antes de su partida hacia Kerloc'h le recuerda que la decisión es sólo suya, si lo desea puede no emprender esa aventura. Al aceptarlo en la logia le comunica que ser un francmasón conlleva ser un albañil libre y ello lo aplica durante toda la novela. Son claros los ejemplos del concurso de imagineros y el de la talla de San Miguel con Corberán puesto que siempre elige la opción de tallar la figura a su manera, y no según mandan los cánones. Los jóvenes se verán reflejados al reconocer la libertad que tienen para elegir su futuro y la gratitud que esto conlleva. Además, al final de su estancia en Bretaña deja claro que su devenir lo elegirá él rechazando las invitaciones de diversos amigos para irse a vivir a París y Roma.
La identificación del personaje del adolescente Telmo Yáñez con el lector es un éxito. La narración de los hechos en primera persona, sus precisos comentarios y aclaraciones -no sin cierto gracejo- y el torrente incesante de sucesos que le ocurren hacen que la simbiosis sea total.