La
obra que nos ocupa está firmada por Bernardo Atxaga, escritor vasco
especializado en la confección de libros pertenecientes a lo que podríamos
llamar literatura infantil y juvenil. El argumento de Memorias de una vaca se resume muy
fácilmente: Mo, una vaca nacida justo al acabar la Guerra Civil, decide
escribir durante sus años de vejez las memorias de su vida, así como plasmar
sus sentimientos personales ante lo sucedido. La obra, estructurada de manera
episódica, nos relata las vivencias más importantes de la vida de este animal,
con especial hincapié en los hechos sucedidos mientras vivía en el caserío de
Balanzategui.
Por
otro lado, en su autobiografía no sólo va a registrar sus vivencias más
importantes sino que también van a plasmar los sentimientos que experimentó
durante su juventud ante las emociones y sensaciones que le planteó la vida,
tales como la amistad, la pérdida, la muerte, la soledad o el sentirse una
inadaptada ante la sociedad. Quizá esta es la parte del libro que más podría llamar la atención
del público joven al cual va dirigido, puesto que pueden sentirse muy
identificados ante algunas de las situaciones que vive Mo por primera vez.
Como ya hemos señalado, uno de los momentos más
importantes de la vida de la protagonista es su juventud en el caserío de
Balanzategui, cerca del cual todavía quedan algunos guerrilleros republicanos
que se resisten a entregar las armas y rendirse, y que sobreviven gracias a la
ayuda de la patrona de Mo, mientras son perseguidos por miembros de la Guardia
Civil. Este acercamiento al conflicto armado es lo más interesante de esta obra
de Atxaga, ya que al estar tratado desde la óptica bastante alejada de la vaca
protagonista no se profundiza de la misma manera que si el narrador fuese un
personaje implicado, con lo cual podría servir como una pequeña introducción de
uno de los capítulos más tristes de la historia de nuestro país al lector joven
que desconozca en gran parte este conflicto.
Uno de los problemas más grandes de este Memorias de una vaca es el hecho de que
intenta abarcar muchos temas a lo largo de sus páginas y que la extensión de la
obra es bastante corta, con lo cual se queda en la superficie de los temas que
intenta reflejar. Por otro lado, el lenguaje utilizado es bastante sencillo y
su lectura resulta muy ágil, pensado especialmente para el público al que va
dirigido, más o menos para alrededor de 12 ó 13 años, con lo cual esta obra nos
puede servir en las clases tanto como para fomentar la afición a la lectura
como para introducir brevemente algún necesario apunte sobre la Guerra Civil en
nuestro país, todo ello siempre con el objetivo de ayudar a reforzar el
pensamiento crítico en el alumnado.
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