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viernes, 23 de enero de 2015

El hombrecito vestido de gris de Fernando Alonso por Verónica Sanchis

El hombrecito vestido de gris y otros cuentos  del escritor Fernando Alonso, se imprimió el 28 de abril de 1978 y se ha convertido en toda una obra de referencia tanto para niños como para adultos. [1]
Me gustaría destacar algunos aspectos sobre este autor, nacido en  Burgos en 1941, licenciado en Filología Románica y que obtuvo el premio de Experto en Literatura Infantil y Juvenil. [2] Creo que lo más destacable de este autor es su fecha de nacimiento y su fecha de publicación del libro. Unos años después de que Francisco Franco falleciese y en los que España había vivido una época de represión que el propio autor vivió en sus carnes, y es aquí donde encontramos la esencia del libro. [3]
Esta obra está formada por un total de 8 cuentos, de extensión corta y de fácil lectura. En todos ellos, está presente una serie de valores y de necesidades humanas, probablemente todos aquellos que fueron reprimidos durante el franquismo y que el autor acota en historias, aparentemente para niños, encabezadas por la famosa expresión “había una vez” tan recurrente en el mundo de la literatura infantil. Sin duda, destacaría algunos de los ocho cuentos que se incluyen en este libro. Primero por no desvelar a futuros lectores la trama completa de este libro, y segundo por la infinidad de temas tratados que se abordan.
El primero de ellos, que recibe el mismo título que el libro «El hombrecito vestido gris», nos habla de la vida de un hombre que «iba vestido de gris, tenía un traje gris, tenía un sombrero gris, tenía una corbata gris y un bigotito gris» (Alonso, 1983, 11). Esto, pese a las asociaciones que se le pueden hacer al color gris, no le impedía al protagonista del cuento que fuese «Hacia adentro…¡un verdadero arco iris!» (Alonso, 1983, 12).
El hombrecito soñaba con ser cantante de ópera, y por eso, cada vez que tenía ocasión, cantaba alegres melodías. Sin embargo, esta afición no gustaba ni a sus vecinos, ni a los dueños de los bares, ni a su jefe, que curiosamente se llamaba «Don Perfecto». Esta será la primera pero no la última referencia, que hace Alonso a características del ser humano en forma de nombre de personajes. Más adelante, veremos como también aparece «Don Justo» que representa todo lo contrario a la justicia.
Continuando con este relato, veremos que, el hombrecito, por miedo a ser despedido y al rechazo social en general, sujeta su mandíbula con un pañuelo y finge tener dolor de muelas. De esta forma, evitará cualquier tentación de poder cantar. Fernando Alonso sabe que este final no va a gustar a los lectores y es por eso que propone otro final alternativo (que no voy a comentar para sorpresa de futuros lectores). El autor sabe que a la gente no le gustan los finales tristes pero afirma que «La vida pone, a veces, finales tristes a las historias» y es que por mucha ficción que aparentemente tenga el cuento, esta llenó de realidad y podría ser ajustable a muchas de las prohibiciones que se dieron durante el franquismo y que se siguen dando en este siglo.
Este cuento, es muy parecido al penúltimo que aparece en este libro y que lleva por título «El espantapájaros y el bailarín». En este caso, el protagonista es un espantapájaros que odia su trabajo: espantar pájaros. Es por eso que, cuando acaba su jornada laboral, baila. Una afición que no le gusta a su jefe «Don Justo» que como ya hemos dicho, representa todo lo contrario a la justicia.  El espantapájaros, es golpeado y humillado por su dueño que se niega a que se pase las noches bailando, aunque sea en su tiempo libre y no afecte para nada a su trabajo. En estos dos relatos hay dos temas fundamentales: la libertad de expresión y la represión. En el primero de ellos, el hombrecito se resigna y decide privarse de hacer lo que más le gusta, por el temor a perder su empleo y a ser rechazado en la sociedad. En el segundo, el espantapájaros no abandona sus ideales y lucha. Aunque el final de este penúltimo cuento, sea un tanto agridulce, el espantapájaros cuenta con el apoyo del resto, y es cuando me viene esta frase a la cabeza: «la unión hace la fuerza»[4].
Este no es un relato aislado pues, en la mayoría de los cuentos, por no decir todos, aparece un llamamiento a la unión, al trabajo en equipo, como vemos en «La pajarita de papel»  en el último cuento, o en «El guardián de la torre», que es el sexto cuento que forma este libro.
Me atrevería a comparar este relato con el franquismo: la construcción de una torre que sobresale del resto de construcciones del pueblo, la aparición de un hombre, aparentemente de la nada y con buenas intenciones que acaba convirtiéndose en un dictador y que tiene a todo el pueblo bajo sus órdenes. En este caso, lo que hace que el poder de este guardián decaiga, es la unión del pueblo, que no está dispuesto a permitir que nadie esté por encima de los demás.
Como ya he dicho anteriormente, se trata de un libro adecuado para niños y para adultos. A los niños para intentar inculcarles los valores que promueve este libro: respeto, libertad, trabajo en equipo…y a los más mayores para hacerles recapacitar. Considero que aunque sea un libro que se escribió tras una época de represión, sería aplicable a nuestros días, con una infinidad de leyes que han surgido de la nada (como el guardián de la torre) y que bajo una apariencia de control del orden y de asegurar el bienestar al pueblo, solo esconden censura. Las ilustraciones que aparecen en este libro hechas por Ulises Wensell [5] también son muy representativas y refuerzan en todo momento al texto, además de ser muy neutras: no caen en el infantilismo, ni son en exceso modernas.
Recomendaría este libro, como ya he dicho a un público de cualquier edad, y afirmo con total contundencia que es de las mejores obras que he leído en los últimos años.






[2] Alonso, Fernando El hombrecito vestido de gris y otros cuentos, Madrid, Alfaguara Infantil (Santillana), 1983
[4]  Frase que se le atribuye a algunos autores y de origen popular  que aparentemente tiene sus orígenes en la fábula
[5] Ulises Wensell es uno de los ilustradores y pintores más destacados de nuestro país. Entre sus obras se encuentran ilustraciones de cuentos de Gloria Fuertes, Fernando Alonso y Carmen Conde. Fue galardonado con el Premio Nacional de Ilustración en 1978 y con el Premio Lazarillo en 1979, entre otros muchos reconocimientos, biblioteca virtual cervantes, http://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_autor/uliseswensell/, [enero 2015]

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