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lunes, 12 de enero de 2015

Tres cuentos de hadas. (Sara Terol Bertomeu)

Gustavo Martín Garzo (1993) Tres cuentos de hadas. Editorial Siruela, Madrid, 2003, 131 páginas.

      Tres cuentos de hadas es un libro compuesto por tres cuentos exquisitamente tejidos que enlazan con sutileza tres mundos, el natural, el fantástico y el humano. Publicado en 1993, Gustavo Martín Garzo vuelve a apresar las manos de Jesús Gabán para ilustrar sus cuentos, artificios de su imaginación. Es complejo afirmar un curso para seleccionar esta obra. Si atiendes al título o a la temática, si sabes que es un cuento, podrías pensar que sería adecuado para primero de Educación Secundaria. Sin embargo, conforme te adentras en la lectura y en la historia de los personajes no puedes evitar replantearte esa primera decisión, así lo manifiestan también en la Revista de Literatura y en Revista Babar.

      Quizás podríamos plantearlo en dos etapas, trabajarlo con los alumnos de 4º de la ESO con la finalidad de que pongan en práctica la labor del cuentacuentos en 6º de Primaria o 1º de la ESO. Aunque el objetivo principal sea la motivación del lector, también podría trabajarse la estructura del cuento y sus personajes.

      Gustavo Martín Garzo nació en Valladolid, en 1948. Pasó su infancia en un pueblo de Castilla. Su estancia en los campos de Castilla y León le inspira para la creación de un contexto rural en sus historias donde se unen sueño y realidad. Viaja a Madrid para estudiar Ingeniería pero volverá y se interesará entonces por Filosofía y Letras, donde acabará especializando y ejerciendo de psicólogo clínico. Posteriormente, su esmero en la escritura le hará poseedor de varios premios literarios así como periodísticos. Recibe el Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil en el 2004 con Tres cuentos de hadas.

      El vuelo del Ruiseñor, primer cuento de la obra, narra la especial relación entre una niña y un ruiseñor. Una relación donde cada uno aprende a dejar marchar al otro, pero con el canto y la compañía pueden abarcar cada uno y juntos la libertad.

      El hada que quería ser niña, segundo cuento del libro, relata la vida de un hada “alegre, inocente y un poquito cruel” que, como las otras, tiene el don de recoger las almas de los muertos, de cazarla y vivir sus recuerdos. El hada de este cuento curiosa y deseosa de conocer la vida de los hombres tomará la forma de una niña que una madre perdió. La madre y el hada alcanzarán juntas su felicidad al margen de los misterios y el tiempo.

      El príncipe amado, último cuento, cuenta la historia de una niña muda que es cuidada por un labrador. Al hacerse muchacha, un dragón quedará cautivado por su belleza. Poco a poco se creará entre ellos un vínculo íntimo. No obstante, ella acabará casándose con un príncipe y años después tendrá al fin un niño. Así comenzará la amarga historia del príncipe amado, una vida de tristeza y amor. El cuento gira alrededor de la belleza y el encanto como maldición y don.



“La belleza no era tanto la cualidad del objeto

     como un efecto sobre el que lo miraba”    
                                                                             
                          

                                                          (Garzo, 2003)


                                                                                   
      Hay algunos temas que se repiten a lo largo de los tres cuentos de los diferentes personajes, como la tristeza, el amor, la amistad, la pérdida, el silencio, el secreto o el olvido. La tristeza, la felicidad y el amor se encuentran arraigados en un mismo tallo.

      En El vuelo del ruiseñor, se observa en los padres de la niña, mas sobre todo la hallamos en el penúltimo capítulo del cuento, cuando el ruiseñor salva a la niña, y ella se siente a un mismo tiempo alegre y a apenada.

      En El príncipe amado, la tristeza se encuentra a la par de la felicidad en la madre del príncipe amado, siente tristeza por haber dejado al dragón pero felicidad ante su amor por su marido y por su hijo. Es en su hijo donde se atenazan el amor y la felicidad, pues a pesar de su bondad y su encanto su amor trae tristeza y desgracia.

      Por último, El hada que quería ser niña es calificado por el narrador como un cuento triste. Las hadas se sienten atraídas por el alma de los niños, sobre todo cuando no son felices. Pero conseguirá dar felicidad a la madre, al margen de sus secretos.

      También la muerte y la pérdida son la base de los tres cuentos: el hada consigue el amor de la madre, tras la muerte de su hija, y lo olvida tras su muerte; el dragón muere lentamente hasta la llegada de la muchacha; y la niña queda unida al ruiseñor por el canto tras su muerte. El olvido también se encuentra en el segundo y el último cuento. En el segundo forma parte del hada cuando suelta los recuerdos de los humanos y, en El príncipe amado, el príncipe decide que los demás sean felices aunque implique el olvido de su existencia. Recuerdo y olvido se unen en cada fragmento de los tres cuentos en los instantes de la vida de sus personajes.

      Por último, el silencio de los personajes, de las relaciones entre los vínculos de amor. En tantas ocasiones queda manifestada el entendimiento entre los personajes por la mirada o por los actos, como entre el ruiseñor y la niña, y el dragón y la muchacha. Y en otras tantas el silencio guarda el secreto inconfesable, así sucede con la madre y el hada.





“¿Qué pasó en el bosque?” 

                                        
                                                  (Garzo, 2003)








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