CARTAS DE INVIERNO
Agustín Fernández Paz
Ediciones SM, 1998
Agustín
Fernández Paz nació en Vilalba (Lugo), en 1947.
Licenciado en Ciencias de la Educación, ha ejercido como maestro en diferentes
centros escolares. Además de su labor docente, ha trabajado duramente por la
reforma pedagógica en la enseñanza: fue miembro del Gabinete de Estudios para
la Reforma Educativa y Coordinador Docente de Gallego, aunque ha sido más conocido
por su faceta literaria. Actualmente es uno de los escritores más conocidos y
valorados en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, en Galicia y en el
resto de España. Autor de más de 45 títulos, dirigidos preferentemente a
lectores infantiles o juveniles, ha recibido varios premios a la literatura
infantil y juvenil.
Cartas de invierno
es una interesante e inquietante historia de misterio en la que el lector queda
atrapado desde el primer momento, ya que pasa a convertirse, junto a los dos protagonistas
principales, Xavier Lauzao y Adrián Novoa, y la hermana de Xavier, Teresa Lauzao, en testigo directo y conocedor
de los extraños misterios y acontecimientos que están teniendo lugar en la casa
que Adrián acaba de comprar en la localidad gallega de Vilarmaior (Vigo).
La
historia comienza cuando Teresa Lauzao recibe un sobre de su hermano, del que
sin saber por qué, hacía varios meses que no recibía noticias. A diferencia de
otras veces, el contenido de este sobre
era muy diferente. Su hermano le había adjuntado junto a la carta, dos sobres que
no debía leer y que debía entregar a un conocido suyo de Vigo, en caso de que
transcurriera una semana y no se hubiera puesto en contacto con ella. Trascurridos tres días, preocupada y empujada
por la curiosidad e inquietud de las palabras de su hermano, Teresa decide
abrir los dos sobres. En uno de ellos, encuentra unas fotografías y en el otro,
una recopilación de cartas que Adrián había escrito a su hermano Xavier. Se
dispone en primer lugar a leer las cartas para comprender lo que estaba
ocurriendo. En las primeras cartas, Adrián Novoa cuenta a su amigo Xavier que finalmente
ha decido establecer su residencia en Galicia, y que está dispuesto a visitar y
comprar la casa que habían visto extrañamente anunciada en aquel periódico durante
sus vacaciones de verano en Viveiro. Tras haberse desplazado hasta la localidad
gallega, había decidido comprarla. Expresaba su profunda ilusión, la casa le
fascinaba y quería mudarse cuanto antes allí. Desde el momento en que Adrián se
desplaza a Doroña-Vilarmaior, se da cuenta de que circulan misteriosas leyendas
sobre la casa. Nadie quiere hablar sobre ella, e incluso percibe que el tema incomoda
a los vecinos que se niegan a darle detalles sobre los antiguos inquilinos y el
origen de la vivienda. Pese a todo, y sin darle mayor importancia, decide
reformarla e instalarse allí.
El
relato da un giro cuando un día, Adrián empieza a recibir extrañas llamadas. No
reconoce la voz y le resulta imposible entender los mensajes. Tras repetirse
durante varios días, decide desconectar el teléfono, imaginando que todo se
reduce a una broma. Pero no era así, iba más allá. Empieza a recibir mensajes
cifrados al fax con mensajes de ¡Socorro!¡Arriba! Tras este desconcierto,
comienza a indagar por la casa para encontrar una explicación, y decide
finalmente subir al desván. Allí encuentra, entre otras cosas, un libro de antologías
artísticas, pero entre las láminas, descubre un cuadro que le resulta familiar.
Es a partir de aquí, cuando todo empieza a cambiar; El cuadro toma vida, y empieza
a observar que la escena representada va cambiando. Asustado, decide informar a
su amigo de los acontecimientos sucedidos y empieza a tomar fotografías de los
movimientos que presentaba la escena del cuadro. Absorto en aquella escena,
descubre que la habitación representada en la lámina corresponde con una parte
de su vivienda. Empieza así esta misteriosa aventura en la que Adrián se ve
impulsado a resolver y que, angustiado por la situación, decide reclamar la
ayuda y presencia de su amigo, que hasta el momento no ha respondido a su
llamada.
Mientras
tanto, Xavier, había estado durante unos meses en Quebec por motivos laborales,
por lo que era ajeno a todo lo que estaba ocurriendo en la nueva residencia de
su amigo. Es a su llegada a Compostela, y tras recoger la correspondencia, cuando Xavier, debido a la cantidad de cartas
emitidas por su amigo percibe que algo está ocurriendo. Ahora, empezará la aventura para Xavier, quien tras
la lectura de las cartas y asustado por el contenido, decide ir a visitar a su
amigo Adrián de inmediato.
Intentará
resolver el misterio en el que está atrapado su amigo, pero no será suficiente.
Será Teresa, la que tras recibir las cartas de Xavier y aguardar una semana, acuda a Doraña-Vilarmaior para ayudar a estos
dos amigos, y finalmente consiga resolver y poner fin a este misterioso
encantamiento al que estaba sometida la
casa y que, desafortunadamente, ha conseguido llevarse consigo, la vida de
estos dos grandes amigos.
Cartas
de invierno es un libro que recomendaría en segundo
o tercero de la ESO, por el formato, la temática y el vocabulario. Es un libro muy intenso, que
sabe captar al lector desde la primera página, creando tal dependencia e
intriga que hace que quieras seguir leyendo para saber qué es lo que está
ocurriendo en esa casa. Además, el libro
presenta un vocabulario sencillo pero, a su vez elaborado, con una gran carga
adjetival en algunas de sus escenas, que puede contribuir a la adquisición de
vocabulario y terminología nueva. A su vez, está contextualizado dentro de un entramado
cultural presente en la tradición gallega actual, arraigada en temas como la magia,
supersticiones, simbología celta… que hace que el lector, en este caso, el
neolector, sea conocedor de estas
cuestiones culturales y resulte contagiado y sumergido bajo este manto tradicional
y esotérico. Por otro lado, el formato más presente a los largo del relato, es
la carta, género conocido y cercano para nuestros alumnos, que puede servir
para trabajarlo posteriormente en el aula. Además, considero que esta obra es un
ejemplo excelente, puesto que el autor, Agustín Fernández Paz, sabe explotar la
riqueza de este recurso de una manera muy sutil y apropiada, consiguiendo, como
resultado, captar y mantener una fuerte conexión con el lector durante toda la
obra.
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