Tratándose
de una obra de la escritora Ana María Matute (1926-2014), no nos extraña
encontramos en El polizón del Ulises con
un ambiente infantil, emocional y delicado, ubicado en un entorno rural y
bucólico, propios de su literatura. Y es que toda la literatura infantil y
juvenil – y muchas de sus obras para adultos-
de esta autora, está basada en las experiencias de la niñez, el ambiente
rural, y la realidad transfigurada por lo imaginativo, lo lírico y lo sensorial. De este modo,
El polizón del Ulises se ubica
en un paraje rural, presenta como protagonista a un niño, y la imaginación y
los sentimientos abarcan y completan toda la historia.
El
relato narra la niñez de Jujú, un niño abandonado en la casa de las tres
señoritas- tres hermanas llamadas Etelvina, Leocadia y Manuelita- un día de
primavera, y cómo va forjándose en su entorno un mundo de amor, estudios y
trabajos campesinos, dados por las tres señoritas (a las que él llama tías),
junto con un mundo de imaginación y literatura, dado por su propia
personalidad. Aunque el título no nos
aporta nada al principio de la historia, en el nudo de ésta reconocemos su
significación y le damos a Jujú las características propias del joven que está
creciendo en él: su deseo de convertirse en el capitán de un barco le hace ser
un niño atrevido, sin miedo, valiente, fuerte y romántico (entiéndase romántico
en el sentido decimonónico), que en el paso a su juventud le hará correr una
aventura arriesgada para un chico como él, todavía anclado en la infancia, muy
a su pesar. Esta aventura consiste en
refugiar a un preso que se ha escapado de la cárcel en pleno invierno, y
abastecerlo de comida y medicamentos, ya que está herido. El preso pasa a ser
el polizón del “Ulises”, el barco (imaginado) de Jujú, que no es ni más ni
menos que un desván repleto de recuerdos antiguos (mapas, catalejos, cartas de
navegación del abuelo, bisabuelo y tatarabuelo de Jujú). A su vez, el polizón
le aporta a Jujú historias maravillosas sobre aventuras en el mar, islas
magníficas repletas de buenas gentes, e ideas románticas sobre la vida en los grandes
océanos.
Todo
ello crea en Jujú una vida alternativa, real e imaginativamente, ya que en la
realidad escapa siempre que puede de su vida cotidiana para ayudar al polizón,
e imaginativamente porque se pasa la mayor parte de su tiempo imaginando una
nueva vida en el mar, como un capitán real.
Por
su estructura narrativa y el orden cronológico que sigue la historia, podemos
clasificar este relato como un cuento tradicional, y principalmente porque
ofrece una presentación, un nudo y un desenlace, protagonistas, antagonistas
(el policía que quiere encontrar al polizón) y una moraleja final (Cada uno
pertenece a un lugar y debe cuidar a su familia)
El
estilo utilizado por Ana María Matute en este relato es sencillo y directo,
propio de los cuentos tradicionales; además, la inserción en el ambiente de
éste es muy posible gracias al descubrimiento de los pensamientos y actos de
Jujú en cada momento de la historia. La simpatía por este chico nace en el
lector desde un principio ya que, Matute lo describe física y psíquicamente de
una manera muy cuidada y minuciosa. La presentación del resto de personajes y
de acontecimientos se narra pensando en un lector joven que necesita leer y/o
escuchar explicaciones detalladas que tienen que ver con su mundo (lugar
propio-el Ulises-, familia atenta, etcétera), lo que lo hace un cuento muy
cercano.
Aunque
sabemos que la historia aquí narrada es ficción, su base es real, ya que el
lugar y los hechos sucedidos en ésta pueden existir y darse en la realidad. Nos
encontramos así ante un relato bastante convincente. Son destacables las
minuciosas descripciones de caracteres, que aportan una gran verosimilitud a la
obra, pudiendo incluso llegar a identificar a alguno de los personajes de ésta
con una persona real.
De
este modo, El polizón del Ulises es
una obra recomendable de leer tanto por niños como por adultos; en primer lugar
porque está bien escrita; en segundo lugar porque el mundo y los personajes
presentados en ella muestran características especiales que agradan a cualquier
tipo de lector; y en tercer lugar porque la descripción e inserción en el mundo
de la infancia es total, y la gran aventura que corre Jujú es un buen ejemplo de
coraje y solidaridad, idóneo para seguir por todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario