Morirás en Chafarinas, Fernando Lalana
Dolly Britton Jiménez
Morirás
en Chafarinas es la séptima novela de las más de cien
que ha publicado el zaragozano Fernando Lalana. Abogado de carrera y novelista
de profesión, Lalana se ha consagrado como gran autor de literatura infantil y
juvenil en España. Muestra de ello son los galardones que ha recibido, en
especial el XIV Premio Cervantes Chico otorgado
por la Princesa de Asturias, doña Letizia Ortiz, en 2010 en reconocimiento a su
carrera literaria.
En 1990 Lalana publica
la novela juvenil de intriga Morirás en
Chafarinas. Una historia en la que se sirve de sus propias experiencias en
el servicio militar como base para escribir las aventuras que viven dos jóvenes
en el acuartelamiento español de Regulares en Melilla con motivo de unas
muertes en extrañas circunstancias y la aparente vinculación entre sí y con la heroína.
El protagonista – un
Cabo cuyo nombre no se especifica en el libro- cuenta los hechos en primera
persona. Todo comienza un domingo y la historia se desarrolla en apenas una
semana, tiempo más que suficiente para que se produzcan dos muertes por
sobredosis, las de Júdez y Moliner; un asesinato en defensa propia, el de
Villalba; y más sucesos.
El capitán Contreras le
encomienda investigar las muertes de los dos primeros a Cidraque, el soldado
más inteligente del cuartel. Éste le pide ayuda al Cabo quien, tras negarse inicialmente,
termina por aceptar. Ambos empiezan a investigar hasta que poco después el
capitán Gayarre mata al soldado Villalba (alegando defensa propia); en ese
momento Contreras anula la orden de investigar. Sin embargo, Cidraque hace
oídos sordos y, con ayuda del Cabo, en menos de cuatro días llenos de
elucubraciones y pesquisas, descubre que la droga de las sobredosis de Júdez y
Moliner estaba adulterada con venenos y que iba dirigida a Villalba.
También descubren los
protagonistas que el centro de distribución de heroína de la ciudad era una lavandería,
por lo que deciden ir a investigar. Allí, en una apasionante escena propia de
película policíaca, se meten en líos y terminan huyendo de unos desconocidos.
Para esconderse, el Cabo acude a casa de Elisa, la mujer de Contreras y
con quien empezaba a entablar una amistad
especial. En su casa descubre que los dueños de la lavandería son precisamente
Contreras y Gayarre y que Contreras será trasladado a Chafarinas al día
siguiente, donde permanecerá durante seis meses.
La sorpresa llega cuando
también destinan a las Chafarinas a Cidraque, que a estas alturas ya teme por
su vida si se encuentra a solas con Contreras. Por ello, el Cabo decide hacer
uso de un permiso de visita para acompañarle en el trayecto en barco a las
islas.
Una vez en las islas, y
cuando ya tienen claro cómo se han montado el negocio de las drogas sus dos
capitanes, llega la noticia de que Elisa ha muerto, por lo que Contreras volverá
al día siguiente a Melilla... Comienza pues la cuenta atrás para pillarle con
las manos en la masa. Al final, tras un gran giro de los acontecimientos, el
protagonista termina la narración de la historia sin especificar claramente quiénes
eran los buenos de la película.
El carácter intrigante
de esta obra hace que su lectura sea infinitamente absorbente, por lo cual
parece ideal para un público juvenil que esté descubriendo o afianzando su
pasión por la lectura. Asimismo, Morirás
en Chafarinas, está escrito en un lenguaje que combina el vocabulario
propio del servicio militar, con el argot del mundo de la droga, pero sin caer
en tecnicismos que dificulten la comprensión. Por ello, el nivel requerido de
lectura es adecuado para cualquier curso de la ESO; sin embargo, dado que se
tratan temas de asesinatos y drogas (en un momento dado incluso se tilda de
“normal” el encontrar hachís y jeringuillas en el cuartel), sería más
conveniente delimitarlo a los cursos de la segunda etapa de la educación
secundaria, es decir, 3º y 4º de la ESO.
Otro rasgo que parece
demostrar la adecuación de este libro a un lector joven, es el hecho de que los
personajes de la historia vayan apareciendo uno a uno, y que los primeros
capítulos lleven los nombres de los protagonistas de los mismos. Esto facilita
la estructuración de la novela y permite al lector centrarse en las pistas para
intentar averiguar qué ocurre, sin necesidad de tener que rebuscar en páginas
pasadas para recordar quién era la persona de la que se vuelve a hablar.
Como ya se ha
mencionado, Lalana consigue mantener el suspense desde el primer capítulo hasta
la ultimísima frase de la historia, haciendo así honor a la catalogación de
este libro como novela “de intriga”. Esta labor la consigue suministrando poco
a poco la información que van descubriendo los protagonistas y añadiendo nuevas
muertes, nuevas relaciones y, en general, nuevos misterios que hacen que la
lectura de esta obra sea completamente amena. Y lo que es mejor, consigue que
el lector se pare a reflexionar al final del libro para decidir cuál cree que
es la verdad, la cual, con gran sutileza, Lalana deja entrelíneas a juicio del
lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario