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martes, 13 de enero de 2015

Reseña: Cuando de noche llaman a la puerta, Xavier P. Docampo, por Mª Teresa Tomás Megías

Una sucesión de cuatro cuentos que mezclan misterio, enigma y miedo, es lo que nos ofrece Xavier P. Docampo en este libro de literatura infantil para niños que superen los doce años de edad. Las historias en las que nos sumerge la lectura de Cuando de noche llaman a la puerta giran en torno a protagonistas que toman decisiones equivocadas y el destino les devuelve en forma de muerte – o al menos sufrimiento – su desafortunada manera de actuar. Las tres primeras historias tituladas El espejo del viajero; El hornadas y Loba, están relacionadas con esta idea que hemos esbozado anteriormente de que el destino te devuelve de manera negativa las malas acciones que se han podido cometer con anterioridad. En estas historias cargadas de sorpresa y negrura, envueltas en la oscuridad de la noche y en crímenes cometidos, sus protagonistas son pagados con la misma moneda: si alguno de ellos ha obrado mal, ha matado, despreciado y engañado, el sino que le depara el futuro será aún peor que lo vivido. Ya el personaje del primer cuento reflexiona sobre ello: «¡Había cometido un crimen y ahora empezaba la condena: la de tener que vivir la vida que le había quitado al herrero» (P. DOCAMPO, 1996:25). O el personaje de la segunda historia, el cuál admite: «Hice una muerte y la pagué» (1996:38).
La culpa está presente en cada una de las historias hasta llegar a la última, titulada El Cumplemuertes donde el protagonista es perseguido por una serie de cartas que le anuncian su inevitable muerte en años posteriores el mismo día que las recibe año tras año. La incertidumbre y el desasosiego se adueñan de él hasta el límite de cambiar de casa y querer hacer lo mismo con su destino, cosa que acaba consiguiendo debido a ese empeño de no aceptar la derrota. En mi opinión este último cuento es la moraleja de los anteriores:

«De ser un hombre que se dejaba llevar por el camino de la rutina, como si todos tus actos estuviesen programados y fuesen ajenos a ti, has pasado a actuar con autonomía, a tomar en tus manos tu propia vida y tu propio destino. […] Por eso no se cumplió lo que era tu destino, porque los hombres si se comportan como tales, lo inventan y lo escriben ellos mismos.» (1996:86)

Por lo tanto la vida de los protagonistas de las historias anteriores desemboca en llanto, sufrimiento y culpa porque no han sido capaces de cambiar su propio destino y afrontarlo con decisión y determinación. En el último cuento se actúa de manera adecuada, educada, recta, honesta y honrada, por eso el final es muy diferente a los anteriores y el autor nos sorprende con la absolución de la muerte del protagonista, ofreciéndole total libertad para vivir su vida.
A pesar de que el libro se muestra como un tipo de literatura de terror, en mi opinión sí que considero en las historias el factor misterio, incertidumbre y sorpresa e incluso puede causar algo de miedo en el lector, teniendo en cuenta que es un lector que pasa de niño a adolescente, entre los doce y los trece años de edad, pero no considero que las historias que en él aparecen sean terroríficas. Más bien puede suscitar, entre los más sensibles, temor o pavor, donde el sobresalto tiene cabida pero no un miedo excesivo, como el que se siente cuando algo provoca terror. Por este mismo motivo sería una lectura recomendada para unos alumnos de primero de la ESO, ya que son historias que enganchan por lo mucho que hay en ellas de misterio, algo que despierta el interés de los lectores más inexpertos y puede hacer que se inicien en el mundo de la lectura por interés y no por obligación si encuentran en ella esa característica. Leer estas historias con más edad hace que no resulten tan enigmáticas, y aunque en segundo de la ESO los alumnos únicamente cuentan con un año más de edad, el crecimiento biológico e intelectual no parece el mismo. Creo que la lectura de estas historias sería completamente diferente para ellos y perdería, como ya he comentado, muchos componentes que con ellas se transmiten.
En contraposición observo que algunas de las descripciones de los crímenes de estas historias pueden causar cierta impresión negativa en el lector de tan corta edad. Expresiones como las siguientes: «el palo del carro y el mango del hacha golpeaban en el cuerpo de la vieja, del que salían secos ruidos de quebradura de los huesos» o «se oyó como se rompía el cráneo, brotó un hilillo de sangre y la vieja abrió desmedidamente los ojos» (1996:32), resultan algo fuertes y desmesuradas, en mi opinión, a la hora de describir las muertes en el libro y en unas historias catalogadas como literatura infantil. Es cierto que se recomienda para lectores mayores de doce años pero no pude evitar sorprenderme en el momento de la lectura de estas líneas.
Algo que considero un acierto y me ha sorprendido es la última parte del libro: Cuando el autor habla de sí mismo. Aquí Xavier P. Docampo relata una serie de momentos en los que él mismo asegura pasar miedo, algo que anima y ayuda al lector a querer expresar sus pensamientos interiores y a hacerlo de tal manera que la vergüenza o la inferioridad queden atrás. En estas edades muchos alumnos pueden sentirse presionados por otros a la hora de mostrar sus miedos por las reacciones que surgen en el resto del grupo: desde la carcajada hasta las faltas de respeto. Que el autor incluya un apartado en el que muestre sus miedos ayudará al alumno a mostrarse tal y como es y esta puede ser una actividad que podemos realizar con ellos tras la lectura de este libro. Han aprendido que quien mal obra, la paga y que cada uno es dueño de su destino, por lo que una buena manera de trabajar el texto sería que ellos mismos compongan uno en el que muestren sus miedos internos, como hace el autor, y reflexione sobre «a qué tienen miedo» y «hablen de sí mismos».
La lectura de Cuando de noche llaman a la puerta se realiza de manera rápida y amena. Entretiene al lector, le mantiene en vilo sobre las posibles consecuencias de las malas acciones de los personajes y guarda moraleja en cada una de sus historias. Esto junto al estilo, el vocabulario y la manera de narrar del autor hace que sea una lectura apropiada para la etapa educativa en la que estamos sumergidos.




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