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viernes, 23 de enero de 2015

Memorias de una vaca, de Bernardo Atxaga. Por Miguel Rojas


La obra que nos ocupa está firmada por Bernardo Atxaga, escritor vasco especializado en la confección de libros pertenecientes a lo que podríamos llamar literatura infantil y juvenil. El argumento de Memorias de una vaca se resume muy fácilmente: Mo, una vaca nacida justo al acabar la Guerra Civil, decide escribir durante sus años de vejez las memorias de su vida, así como plasmar sus sentimientos personales ante lo sucedido. La obra, estructurada de manera episódica, nos relata las vivencias más importantes de la vida de este animal, con especial hincapié en los hechos sucedidos mientras vivía en el caserío de Balanzategui.

Por otro lado, en su autobiografía no sólo va a registrar sus vivencias más importantes sino que también van a plasmar los sentimientos que experimentó durante su juventud ante las emociones y sensaciones que le planteó la vida, tales como la amistad, la pérdida, la muerte, la soledad o el sentirse una inadaptada ante la sociedad. Quizá esta es la parte del libro que más podría llamar la atención del público joven al cual va dirigido, puesto que pueden sentirse muy identificados ante algunas de las situaciones que vive Mo por primera vez. 

        Como ya hemos señalado, uno de los momentos más importantes de la vida de la protagonista es su juventud en el caserío de Balanzategui, cerca del cual todavía quedan algunos guerrilleros republicanos que se resisten a entregar las armas y rendirse, y que sobreviven gracias a la ayuda de la patrona de Mo, mientras son perseguidos por miembros de la Guardia Civil. Este acercamiento al conflicto armado es lo más interesante de esta obra de Atxaga, ya que al estar tratado desde la óptica bastante alejada de la vaca protagonista no se profundiza de la misma manera que si el narrador fuese un personaje implicado, con lo cual podría servir como una pequeña introducción de uno de los capítulos más tristes de la historia de nuestro país al lector joven que desconozca en gran parte este conflicto.

            Uno de los problemas más grandes de este Memorias de una vaca es el hecho de que intenta abarcar muchos temas a lo largo de sus páginas y que la extensión de la obra es bastante corta, con lo cual se queda en la superficie de los temas que intenta reflejar. Por otro lado, el lenguaje utilizado es bastante sencillo y su lectura resulta muy ágil, pensado especialmente para el público al que va dirigido, más o menos para alrededor de 12 ó 13 años, con lo cual esta obra nos puede servir en las clases tanto como para fomentar la afición a la lectura como para introducir brevemente algún necesario apunte sobre la Guerra Civil en nuestro país, todo ello siempre con el objetivo de ayudar a reforzar el pensamiento crítico en el alumnado.      

lunes, 19 de enero de 2015

Memorias de una vaca de Bernardo Atxaga por José Pascual Díaz Carrasco



      Memorias de una vaca es un libro escrito por Bernardo Atxaga en 1993. Nacido en Guipúzcoa en 1951, estudió economía en la Universidad del País vasco, aunque muy pronto se interesó por la literatura y la lengua vasca, hecho que le llevará a ser parte más adelante de la Real Academia de la Lengua Vasca. El nombre del autor es el pseudónimo de Joseba Irazu Garmendia y sus primeros trabajos se publicaron en los años setenta del siglo XX. Ha escrito mayoritariamente en vasco y ha cultivado géneros como la narrativa, la poesía y el ensayo. En nuestro ámbito, lo conocemos por la literatura destinada a los jóvenes. Hecho comprobado ya que ha convertido en uno de los escritores con más renombre dentro de la literatura infantil en España, formando dentro ya del canon de obras indispensable que toda persona debe leer. 

El cuento de Atxaga nos relata la biografía de una vaca llamada Mo. En el momento en el que empieza la historia, Mo ya es una vaca entrada en años que decide relatar sus memorias para sí dejar constancia de todo aquello que ha acontecido en su vida, es decir, sus peripecias vitales. El nacimiento de Mo inicia el cuento y desde ahí se suceden los acontecimientos. De la mano de Mo, aparecen otros personajes como su voz interior, a la que llama El Pesado y que la acompañará durante toda su vida. Esta voz interior será quien la guíe en sus decisiones. Además será la que le demuestre que no es una vaca cualquiera, sino una vaca muy inteligente y peculiar. Otra amistad muy importante para Mo es su amiga Vache, otra vaca que se siente diferente y a la que las une un espíritu crítico y curioso. Las dos se verán inmersas en un misterio y en el cual el lector se verá atrapado. Finalmente, Mo nos relatará la vida alegre y relajada que encuentra con la monja Pauline Bernadette y que dura hasta el mismo momento en que nuestra heroína vacuna vive. 

La lectura de Memorias de una vaca resulta placentera y aprendes multitud de cosas respecto a la vida campestre y a un momento determinado de la historia de nuestro país, la Guerra Civil española. Este punto es importante, porque podemos observar cómo se desarrollaron en aquella época las guerrillas que habitaban los montes y que luchaban ferozmente contra una España que había caído en manos de un poder totalitario. Puede ser un tema interesante a comentar en clase y punto de partida para mostrar aspectos interesantes de la literatura que consideremos relevantes. Por ejemplo, la literatura que se deshace en aquella época debido al exilio de numerosos escritores de la España republicana. La historia de Mo se divide estructuralmente en nueve capítulos en los que observamos a modo de resumen, una breve descripción sobre lo que va a ocurrir. El lenguaje utilizado no es complicado. El autor introduce canciones, poemas, refranes sumamente divertidos que harán las delicias de cualquier lector. Los comentarios, las descripciones y los diálogos muestran una literatura depurada y llena de matices que satisfará las exigencias de cualquier persona que se acerque por obligación o placer. Asimismo, el autor mezcla de forma acertada las técnicas de relato oral, las preguntas retóricas,  las repeticiones de modo y saltos temporales convirtiendo la lectura en amena y nada lineal. La versatilidad mostrada en su escritura es fuente de diversión, por ejemplo con las continuas caricaturas de los personajes.

Por lo que respecta a cómo utilizaría esta obra en el aula, estaría destinada a ser leída por alumnos del primer ciclo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Los temas que se engloban dentro de Memorias de una vaca pueden propiciar otros: las formas literarias populares, la relación entre los animales y el hombre, los tiempos de guerra, la literatura escrita en otras lenguas de España, etc.