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viernes, 23 de enero de 2015


DOCAMPO, Xabier P. (1996): Cuando de noche llaman a la puerta, Madrid, Anaya, 90 p.

Cuando de noche llaman a la puerta… es mejor no abrir. Esta podría ser la moraleja que comparten los cuatro cuentos que componen esta obra. En los que el suspenso y el misterio reinan desde la primera hasta la última página.

Xabier P. DoCampo (Rábade, 1946) es autor de literatura infantil y juvenil, director de guiones de radio, vídeo y televisión. También, es integrante de la Nova Escola Galega e imparte cursos a maestros sobre animación a la lectura y didáctica de la lengua. Sus obras escritas en gallego han sido traducidas al castellano, catalán y euskera; entre otras, destacan Cuatro cartas, El misterio de las campanadas, El pazo vacío y Cuando de noche llaman a la puerta. Esta última obra, aquí reseñada, ha sido galardonada con el Premio Rañolas, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1995, y la inclusión en la Lista de Honor de IBBY de 1996. Hay que mencionar que la traducción al castellano ha sido llevada a cabo por Rafael Chacón Calva y las ilustraciones son obra de Xosé Cobas.

Se puede decir que Cuando de noche llaman a la puerta forma parte del canon de Literatura Infantil y Juvenil del siglo XX. Los cuatro cuentos que integran la obra tienen narradores diferentes y estructuras variadas, pero tienen como elementos comunes rasgos que escenifican la tradición oral: se transmiten de boca a oreja a la luz de la lumbre, con la noche como testigo y como escenario, en estos casos, algún pueblo de Galicia. En los tres primeros, todo lo contado transcurre en un tiempo remoto cuando la gente viajaba a caballo y solía perderse y con suerte encontraba alguna casa donde pasar la noche; cuando lo sobrenatural, el misterio y la muerte formaban parte de la realidad. En el sentido espacial es donde el cuarto cuento presenta un cambio consustancial, ya que es el único que se ubica en una ciudad contemporánea, por lo demás presenta los mismos ingredientes.

El primer cuento, «El espejo del viajero», está narrado en 1º persona, aquí el narrador es el protagonista. Es la historia de un hombre que montado en su caballo regresaba a casa después de siete años, pero debido al temporal no puede seguir su camino y decide seguir la luz de una casita que vislumbra a lo lejos. La sigue y llega a la casa de un herrero, lo extraño es que descubre que se parecen mucho, sólo que el herrero tiene el ojo izquierdo sin párpado. La primera noche de hospedaje se pasan bebiendo vino y muy borrachos se pelean. En consecuencia, el viajero es herido con el atizador al rojo vivo en el ojo izquierdo.

Luego de varios días de convalecencia el viajero se despierta con la cara vendada, a pesar de los cuidados que le dispensa el herrero se siente incómodo, prisionero hasta el punto de pensar que el herrero lo hizo a propósito. Después de buscar en vano un espejo por toda la casa, finalmente, logró ver su cara, y al contemplar su rostro completamente idéntico al del herrero, su odio creció. Entonces tomó la determinación de matarlo. Y así lo hizo, pero cuando se disponía a marcharse no pudo hacerlo porque en ese momento llegaron la esposa y el hijo del herrero. Los recién llegados al igual que otro cliente no se dieron cuenta del cambio. Y el viajero sin darse cuenta suplantó la identidad del herrero. Cometió un crimen y tuvo su condena: vivir la vida que le había quitado al herrero.

El segundo cuento, «El Hornadas», presenta una estructura narrativa más compleja: tres personajes distintos narran en 1º persona. Así, esta historia se introduce a través de la técnica del encuadre. Un hijo le pregunta a su padre mientras van de camino de Castro de Rei a Roás sobre el ‹asunto del Hornadas› que piensa escribir. El padre le cuenta que en Xermar vivía una vieja muy mala, pero no una bruja con poderes sino una vieja malísima con lengua de víbora y malas intenciones. Tan mala era que los vecinos decidieron darle un escarmiento y una noche fueron a darle una paliza. Se ensañaron tanto que al final la mataron. Pero antes de morir la vieja miró a Teixo, quien dio el golpe mortal, y le juró venganza. Decidieron deshacerse del cuerpo quemándolo en un horno abandonado de Escanavada. Pero la vieja a mitad de la incineración se levantó y juró vengarse, por segunda vez, de Teixo. La dejaron ahí y se fueron muy asustados.

Después de unos días, investigaron la muerte de la vieja y Teixo cumplió una condena de dos años en prisión y cuando regresó al pueblo lo llamaban el Hornadas. El desenlace de la historia lo cuenta el mismo Teixo a través del testimonio directo del padre. Y se cuenta que un día que se encontraron, el pobre Teixo le pidió al padre del narrador que lo matara porque desde que volvió de la cárcel la vieja se le aparecía y le comía algún órgano: un día el riñón; otro, el páncreas; otro, el hígado, hasta dejarlo vacío. No se volvió a saber de Teixo, hasta que unos días después lo encontraron muerto de un golpe en la cabeza. El médico que hizo la autopsia no quiso revelar que estaba completamente vacío por miedo a que lo tomaran por loco o incompetente.

El tercer cuento, «Loba», presenta una estructura similar a la del cuento anterior. En este caso, la historia es contada por una anciana que da hospedaje al padre del narrador. Todo ocurrió en Ponte de Aranga. Una noche llegó un joven llamado Silvestre a pedir hospedaje a una casita de labranza donde vivía la joven Isaura con su familia. Este joven de malas costumbres solía seducir a las mujeres que conocía, le gustaba salir de caza y no le gustaba nada trabajar. Como era de esperarse sedujo a Isaura y la dejó en estado de buena esperanza. Sin embargo, las esperanzas de Isaura se esfumaron un buen día, y su tristeza aumentó cuando se enteró de que Silvestre se casaría con Luciana, una joven de otro pueblo.

La pobre Isaura se marchitó pero llegó a reunir fuerzas para asistir a la boda, y allí esperó hasta encontrarse con Silvestre para jurarle que él le pagaría el hijo que le debía. Después de esto la encontraron ahorcada en un bosque de castaños. Y como no la enterraron en camposanto, los lobos profanaron su tumba.

Después de un tiempo, Silvestre tuvo un hijo, pero seguía con sus malas costumbres. Dedicaba sus días a salir de caza, sobre todo, estaba empeñado en dar muerte a una manada de lobos que tenía a todo el pueblo aterrorizado. Lo peculiar era que esta manada estaba liderada por una loba de ojos rojos, que no se dejaba atrapar, y que misteriosamente tenía fijación en rondar la casa de Silvestre. Hasta que un día logró colarse en la casa y se llevó al bebé de Luciana. Silvestre rastreó a la loba hasta su escondite, y sin saber que ésta tenía a su hijo, decidió quemar el escondite con la loba dentro.

El cuarto cuento, «El cumplemuertes», está contado en 3º persona por un narrador omnisciente. Este cuento presenta variantes con respecto a los cuentos anteriores, además de un cambio en la estructura narrativa, también hay un cambio en el tiempo y espacio de la narración: todo transcurre en una ciudad contemporánea. Se puede decir que en este cuento prima la inmediatez, y en consecuencia aquí la moraleja trasciende del género narrativo al filosófico.

La historia trata de un hombre que desde hace unos dos años recibe una carta de felicitación para el aniversario de su futura muerte. En un principio se inquieta pero luego lo deja pasar como si fuera una broma. Pero a medida que se acerca la fecha del aniversario de su cumplemuerte intenta de todo para evitar morirse. Como no se le ocurre cómo detener el tiempo, decide cambiar de estilo de vida: hacer sólo lo que tiene ganas de hacer. Así, deja el trabajo, su casa y se dedica a vivir en pensiones y a dar largos paseos sin rumbo fijo.

Sin embargo, las felicitaciones de cumplemuerte seguían llegándole en tiempo y forma. Así que se resignó a esperar a la muerte. Como al día siguiente era su aniversario, pagó la habitación por adelantado para tener donde morir. Mientras daba su paseo habitual se dio cuenta de que no tenía por qué pasar la noche en esa pensión y se buscó otra. Una vez en la nueva pensión también se dio cuenta que no era un buen pasatiempo dejar pasar el tiempo, así que salió otra vez a dejarse morir donde la muerte lo encontrase. Y esa noche, sin darse cuenta se encontró con la muerte. Pero no murió. Porque a diferencia del resto de personas, él había cambiado su vida de tal forma que se había convertido en el creador de su destino.

Se puede ver que el tema común de los cuatro cuentos es la muerte. Sin embargo, en el cuarto se plantea una visión distinta: el hombre gracias a su libre albedrío es dueño de su destino, frente a las otras situaciones donde la muerte arrasa sin preguntar.

En estos cuentos la estructura narrativa plantea un juego de misterios, intrigas, expectación, incluso terror, que atrapan al lector hasta el desenlace final. Esta obra puede proponerse para el primer o segundo curso de la ESO. Las variadas técnicas narrativas que se exponen permiten que el neolector se entrene en el hábito de la lectura al mismo tiempo que la disfruta. Asimismo, la elección del vocabulario, rico y variado, permite que se trabaje la ampliación del léxico de los jóvenes. Por último, hay que destacar que las imágenes están trabajadas desde una perspectiva cinematográfica que contribuyen a la calidad artística del texto, y permiten a su vez su representación o dramatización.

jueves, 22 de enero de 2015

Cuando de noche llaman a la puerta, Xabier P. Docampo

Cuando de noche llaman a la puerta es un libro compuesto por cuatro relatos breves ideales para niños valientes a partir de 12 años.

Al estilo de Edgar Allan Poe, Xabier P. Docampo elabora una serie de cuatro relatos muy fáciles de leer que atraerán al lector más joven con su intriga y misterio. Quizás a los alumnos más asustadizos, leer un relato antes de dormir les quite el sueño, pero valdrá la pena correr el riesgo.

Todo es oscuro y siniestro en Cuando de noche llaman a la puerta, desde los títulos hasta el destino de sus personajes. Como temáticas comunes en todos los relatos señalaríamos el miedo, el destino o la muerte, todas ellas con un atractivo más que evidente para ese público joven al que están dirigidas.

Casi todas estas historias transcurren en escenarios similares, como bosques o montañas alejados de la civilización, que determinan la naturaleza salvaje y recóndita que se esconde entre sus líneas. Aunque no siempre es necesariamente así, ya que el último relato, “El cumplemuertes”, concluye en una ciudad y guarda una íntima relación con esta terrorífica y escalofriante atmósfera que estamos describiendo.

En cuanto a las cuestiones formales, cabe destacar que el vocabulario que lo conforma ayuda a crear ese espacio de terror ―moderado y adaptado a la edad recomendad, por supuesto― y que, además, dado su pequeño grado de dificultad, servirá al joven lector para conocer nuevos vocablos que guardará en su lexicón mental. Asimismo, como propuesta didáctica, se puede trabajar con algunas de las palabras desconocidas en clase, realizando una serie de ejercicios y actividades en el aula, por parejas o grupos.

Considero que este libro de relatos es ideal para formar un lector lecto-literario ya que, sin lugar a dudas, tiene la capacidad de enganchar a los jóvenes alumnos que se están iniciando en esta práctica lectora. A partir de éste, podemos introducir en el aula otros cuentos y relatos de intriga y misterio, e incluso proponer alguna actividad de investigación a partir de nombres como el ya citado Edgar Allan Poe.

Como no podría ser de otra manera, una propuesta didáctica relacionada con este libro de cuentos y enfocada a la creación artística sería la realización de una composición dentro de este género de intriga o misterio para, posteriormente, ser representada a modo de teatro en el aula (o mediante una grabación). De esta forma, los alumnos tomarían conciencia de lo difícil que resulta crear historias de terror, ya que en muchas ocasiones éstas puede provocar en el lector-espectador justo el efecto contrario: carcajada o risa.



domingo, 18 de enero de 2015

Cuando de noche llaman a la puerta de Xabier P. Docampo. Por Lara Mateo Vidal


La obra de Xabier P. Docampo Cuando de noche llaman a la puerta  (1996) está compuesta por cuatro historias, cada una de ellas nos introduce en un mundo de intriga, oscuridad e incluso miedo.

En la primera encontramos a un viajero que regresa a caballo a su pueblo natal. La noche y el temporal lo sorprenden, por lo que busca refugio en la casa más cercana. La primera que encuentra está habitada por un herrero, el cual guarda un parecido asombroso con el protagonista, salvo por una ligera diferencia, no tiene párpado en el ojo izquierdo. Ambos comparten una noche de risas y disputas, pero yodo se tuerce cuando entra en escena el alcohol. A la mañana siguiente el visitante aparece postrado en una cama con una venda que le cubre parte de la cara. Cuando consigue ver su rostro se da cuenta de que ya es idéntico al herrero porque no tiene párpado izquierdo. Comienza a barajar la idea de que no ha sido un accidente, y decide matar al otro personaje. El castigo que recibe por el asesinato es “tener que vivir la vida que le había quitado al herrero”, ya que no le da tiempo a huir y todos creen que es el fallecido.

La segunda historia se la cuenta al narrador su progenitor. En un pueblo vivía una vieja que era muy mala con los habitantes, por lo que todos la detestaban. Un grupo de hombres decide darle una paliza a modo de escarmiento. La anciana, como consecuencia de los golpes fallece, no sin antes maldecir a uno de ellos. Este cumple dos años de cárcel, pero su verdadera condena llega cuando vuelve al pueblo. La vieja cumple con sus últimas palabras y comienza a devorar, poco a poco, los órganos del hombre, asegurándole que estarían juntos hasta en el infierno. Finalmente, aparece muerto y el médico que le practica la autopsia descubre algo que cataloga como insólito el paciente estaba vacío por dentro.

En el tercer cuento, accedemos a la historia por medio de otra persona, que es la que se la cuenta al narrador. En un pueblo cercano, un apuesto y rico joven deja embarazada a una chica de otro lugar. Aunque le promete matrimonio, el embarazo es interrumpido. Silvestre, que así se llama el protagonista, se casa con otra mujer, y la anterior, en tono amenazante, le recuerda que le debe un hijo. Tras esto, se suicida y su cadáver es profanado por lobos salvajes. Diferentes manadas acechan a la población, pero una, liderada por una hembra, es la que mayores quebraderos de cabeza da. El desenlace se produce cuando la loba rapta al bebé del joven y se lo lleva a una caseta, él, al verla entrar le prende fuego al lugar, sin saber que estaba su hijo dentro. Finalmente intenta salvarlo, pero también encuentra la muerte.

En el último cuento, un hombre recibe una carta que le anuncia la fecha de su muerte, aunque no le da mayor importancia y se lo toma como una broma de mal gusto. Cuando recibe el segundo aviso decide huir. A pesar de su incredulidad, se asusta cuando le llega la noticia que le dice que morirá en dos años. Pensando que podría escapar de la muerte otra vez, se va a una gran ciudad, donde vive cada día en un sitio diferente y no revela nunca su verdadero nombre. Sin embargo, las cartas no cesan y, entonces, comienza a creer el contenido. Decide cambiar su estilo de vida y, aunque temeroso, afronta el día de su defunción con tranquilidad. Las horas pasan y no ocurre nada, por lo que finalmente se le comunica que ha logrado cambiar su destino.

Como podemos observar, los rasgos comunes que presentan los cuentos son que ninguno está relacionado con el anterior. En todos: “El espejo del viajero”, “El Hornadas”, “Loba” y “El cumplemuertes”, está presente la muerte y , además, su papel es trascendental para el desarrollo de los hechos. Los personajes suelen tener un hado fuertemente marcado y motivado, en general, por sus propias acciones.

Se trata de una lectura rápida y amena, que engancha al lector desde las primeras páginas. Dentro del contexto educativo, podríamos enmarcarlo en 2º de la ESO, un curso en el que los alumnos todavía pueden sentir ese “miedo” que pretender conseguir el autor. Además, estamos ante una lectura fácil de trabajar porque da lugar a infinidad de propuestas didácticas. Por ejemplo, que los estudiantes creen una historia corta que resulte terrorífica e intrigante para el resto de sus compañeros.

Cuando de noche llaman a la puerta, de Xavier P. Docampo. Por Jesús Muela Bernabéu

Esta obra está compuesta por cuatro cuentos, conformados por el misterio. Unos relatos que se ambientan en la comunidad de Galicia, en una época no muy lejana. Las acciones suelen transcurrir de noche, contexto que favorece en gran medida el ambiente de tensión y casi miedo que se respira. Lo que realmente debe llamarnos la atención de estas historias, además de este elemento de terror, es la moraleja que contiene cada una de las historias que se nos ofrecen: en tres de los cuentos, el protagonista de la misma encuentra su final debido a acciones que ha cometido y que, casi de forma sistemática, le son enviadas de vuelta. En cambio, el cuarto cuento da una vuelta de tuerca y nos muestra un hombre que, destinado a morir tal y como estaba, consigue aplazar la fecha en la que la parca reclamaría su alma.

Los tres primeros cuentos, como ya hemos mencionado, están plasmados con la intención de observar como el personaje protagonista es castigado por los actos que él comete prematuramente. En el primero de los cuentos, titulado “el espejo del viajero”, encontramos que el protagonista, tras beber con el herrero y enzarzarse en una pelea contra él, la cual acaba perdiendo debido a que el herrero le quema un ojo, queda condenado a exhibir un semblante demacrado y horrible, viviendo “la vida del herrero”. Por otro lado, tenemos en el protagonista de “El hornadas” un sentimiento de culpa que acabará con él: debido al golpe mortal que proporciona Teixo a la vieja, el espíritu acosará al muchacho hasta su muerte. Finalmente, en el tercer cuento, encontramos que el sentimiento de venganza de Isaura, la señorita que muere ahorcada nada más casarse con el protagonista, perseguirá en forma de loba a Silvestre, hasta que finalmente le llega la muerte. Sin seguir este esquema, nos encontramos con el cuarto cuento, titulado “El cumplemuertes”, en el cual el protagonista es acosado continuamente por una serie de cartas en las que es felicitado, pero no por nada bueno, sino por su “cumplemuerte”, es decir, se le anuncia el día en el cual morirá, aunque no el año. Desesperado, se cambia de vivienda con la esperanza de esquivar al autor de las cartas, pero siguen llegando... hasta que decide cambiar otra cosa, su destino. En el momento en que se da cuenta de que el presente año será la fecha de su defunción, decide reinventarse y empieza a experimentar las cosas que siempre había querido hacer antes de morir, como si fuera a morir ese día.

En este cuento se observa un vasto cambio en el tema, y es que, en este caso, ya no existe sentimiento de culpa, pesar o dolor que persiga al protagonista. Los protagonistas de los tres primeros cuentos, ante los actos que cometen, no tienen ningún tipo de temor, hasta que la muerte llega y los envuelve en su manto. El protagonista del último cuento, por el contrario, vive acosado por la presencia de la muerte hasta que, en lugar de ceder ante su ingente poderío, prefiere vivir la vida y, sin desafiarla, pone todo su empeño en no caer derrotado y esto evita que muera el día señalado. El protagonista logra salir de su rutina y despertar del letargo, lo que hace que encuentre la salvación a una situación que no parecía que tuviera vuelta: logra escribir y alterar su destino, el cual generalmente se supone inevitable. En este caso, el destino se presenta como inevitable para los que obran mal (asesinos, delincuentes...) y, en cambio, es posible reescribirlo si se es una persona honorable y recta.

Finalmente, resulta conveniente decir que uno de los elementos más atractivos que nos presentan estos cuentos es el objeto de lo inesperado y lo misterioso, dado que el afán de lectura del cuento aumenta conforme vas avanzando. Considero que esta lectura es muy recomendable para alumnos del primer ciclo de la ESO, sobretodo para el alumnado de primero. Es un libro sencillo, con tramas plenamente comprensibles y muy entretenido, que puede hacer las delicias de alumnos que quieran iniciarse a la lectura. Además, el vocabulario empleado, la forma de narrar una historia y el misterio que la envuelve puede ayudar a que el alumno se interese por la lectura, y este libro se convierta en una de las herramientas que utilizamos para que nuestros alumnos desarrollen un cierto gusto por la lectura, aumentando de esta manera su hábito lector.


viernes, 16 de enero de 2015

Cuando de noche llaman a la puerta (Margarita Asensi Fernández)



Cuando de noche llaman a la puerta es una obra de Xabier P. Docampo, nacido en Rábade (Lugo) en 1946.  Con esta obra, Docampo consiguió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1995, y aunque fue escrita originariamente en gallego, fue traducida al castellano.

Como buen contador de historias, con esta obra pretende transmitir toda esa tradición oral ambientada en Galicia que desde pequeño siempre le ha llamado la atención, en homenaje a su padre, quien era un gran contador de historias como el mismo autor menciona en la carta al lector titulada “Querido lector”. Además, con estas historias pretende interesar y captar la atención del lector juvenil.


La obra está dividida en 4 historias de misterio y terror, donde se tratan temas muy variados pero de gran interés para un lector de primero de educación secundaria obligatoria. Estos temas son el destino, la muerte, lo misterioso, la venganza o lo inesperado, puesto que encontramos sorprendentes desenlaces. 

El primer cuento El espejo del viajero, cuenta la historia de un viajero que decide volver a casa después de siete años fuera, pero que debido a la noche con lluvia y viento, acaba perdido junto a su caballo hasta que llega a la casa de un herrero, que le acoge amablemente. Ambos tienen un gran parecido físico, excepto por el ojo izquierdo del herrero que no tiene párpado. Esa noche a consecuencia del vino tuvieron una discusión, durante la cual el viajero pierde el párpado de su ojo izquierdo.
Durante días, el viajero permaneció en cama sin verse la cara, al cuidado del herrero. Pero cuando por fin pudo verse la cara, decidió vengarse del herrero, invadido por el odio y el rencor, pues ahora era idéntico al herrero.
Con un cortafrío mató al herrero y lo enterró, pero antes de marcharse, llegó la mujer del herrero que le confundió con su marido. Debido a esta confusión, no pudo irse de allí.
“¡Había cometido un crimen y ahora empezaba la condena: la de tener que vivir la vida que le había quitado al herrero!” (pág. 25).

La segunda historia El Hornadas narra la historia que un padre le cuenta a su hijo sobre un pariente de ellos. La historia sucedió en Xermar, donde vivía una vieja cuya herramienta para la maldad era la palabra. Un día, tres hombres víctimas de la vieja decidieron darle una paliza, pero el último golpe de Teixo la mató, aunque antes de esto, la vieja le dijo que haría que se arrepintiera de esto mientras viviera. Los tres hombres decidieron llevarla camino Escanavada donde había un horno. Allí le prendieron fuego, pero mientras ardía, la vieja se levantó y se quedó mirando a Teixo fijamente.
Teixo fue a la cárcel por el asesinato de la vieja, y al salir de prisión cuando volvió a casa, se le empezó a conocer como el Hornadas. Años después, el padre se cruzó con él, y éste le contó que la vieja se le presentaba todos los días y le iba comiendo poco a poco. Cuatro o cinco días más tarde, apareció muerto y cuando le hicieron la autopsia, el médico no se atrevía a contar lo que había encontrado por miedo a que le tomaran por loco o incompetente, pues estaba totalmente vacío, no tenía nada en todo el cuerpo más que la herida en la cabeza por la que murió.

La tercera historia llamada Loba cuenta de nuevo una historia que se transmitió de generación en generación. Esta historia va sobre Silvestre, un joven que vivía en Ponte de Aranga, el cual se pasaba el día de caza y de juerga.
Una noche este joven de 20 años fue a Gallado, donde durante una nevada buscó cobijo en la casa de los Revoldás, donde vivía Isaura, la hija pequeña. Silvestre empezó a salir con Isaura a la cual dejó embarazada y con la que dio palabra de casamiento. Pero un día llevó a Isaura a A Coruña (para que abortara, aunque no se menciona tal aspecto) y no se les volvió a ver juntos. Poco después Silvestre se casó con otra chica, Luciana, y el día de la boda de estos, Isaura se acercó cuando salían los novios y le dijo a Silvestre las siguientes palabras: “me debes un hijo. Tú verás cómo me lo pagas” (pág. 57-58). Esa misma noche Isaura apareció ahorcada en un castaño.
Poco tiempo después, Luciana se quedó embarazada, y durante el invierno apareció una manada difícil de cazar. Eran unos 6 o 7 lobos grandes, dirigidos por una hembra de ojos como de hierro candente, como dice la obra. Era la más fiera, y después de lo ocurrido a Isaura, se presupone que esta loba era ella.
Un día, después del nacimiento del hijo de Silvestre, la loba llegó a casa de éste y se llevó al niño de Silvestre en la boca. Cuando la loba y el niño se metieron en un cobertizo, Silvestre sin saber que llevaba a su hijo en la boca, cerró las puertas del cobertizo y lo prendió fuego. Cuando llegó Luciana y los padres de Silvestre para decirle que la loba se había llevado al niño, Silvestre entró al cobertizo pero ya era demasiado tarde para ambos, quienes encontraron la muerte ahí dentro.

La cuarta historia llamada El cumplemuertes, cuenta la historia de un hombre que por tercer año consecutivo recibe un sobre de los que llamaban de luto, donde había escrito “¡Feliz cumplemuertes!”.
La primera vez que le llegó este sobre, pensó que era una broma, pero al año siguiente, el mismo día recibió otro sobre, pero esta vez además de felicitarse el cumplemuerte, es decir, el aniversario del día en que va a morir, le avisaba que ya sólo le mandaría otras dos más. Es entonces cuando decidió cambiar de casa, dejar el trabajo y la ciudad y marcharse a un pueblo donde nadie pudiera encontrarle. A los tres meses, recibió un díptico donde venía su nombre y el año, pero no el de ahora, ni el siguiente, sino el posterior. En este momento se dio cuenta de que no era una broma, sino que era la muerte, pues por mucho que te escondas, la muerte siempre te encuentra. Era su destino y no podía hacer nada contra él.
 Semanas después decidió que algo se podría hacer para evitar al destino, así que se trasladó a una gran ciudad, sin domicilio fijo, pero su última carta llegó. Ahora solo le quedaba un año.
El día de antes anduvo nervioso, y a la noche decidió salir a la calle hasta llegar a una plaza. La mujer que había sentada a su lado le dijo que ella era la que le enviaba las cartas cada año, pues le habían avisado que él moriría hoy, pero no había muerto, ya que “es fácil acertar con los que se dejan llevar, con los que son incapaces de cambiar sus vidas. Pero con aquellos que usan su libertad para tomar decisiones, que son capaces de asumir los resultados de sus actos (…), no es fácil” (pág. 86). Él había pasado de ser un hombre que se dejaba llevar por el camino de la rutina, a actuar con autonomía, a tomar en sus manos su propia vida y su propio destino, y por ese motivo no había muerto.

Esta obra considero que es una obra adecuada para primero de educación secundaria obligatoria, ya que es una obra breve y de fácil seguimiento, que junto con los temas que trata y el lenguaje sencillo que el autor utiliza, hacen que sea una obra atractiva e interesante para lectores a partir de 12 años.


martes, 13 de enero de 2015

Reseña: Cuando de noche llaman a la puerta, Xavier P. Docampo, por Mª Teresa Tomás Megías

Una sucesión de cuatro cuentos que mezclan misterio, enigma y miedo, es lo que nos ofrece Xavier P. Docampo en este libro de literatura infantil para niños que superen los doce años de edad. Las historias en las que nos sumerge la lectura de Cuando de noche llaman a la puerta giran en torno a protagonistas que toman decisiones equivocadas y el destino les devuelve en forma de muerte – o al menos sufrimiento – su desafortunada manera de actuar. Las tres primeras historias tituladas El espejo del viajero; El hornadas y Loba, están relacionadas con esta idea que hemos esbozado anteriormente de que el destino te devuelve de manera negativa las malas acciones que se han podido cometer con anterioridad. En estas historias cargadas de sorpresa y negrura, envueltas en la oscuridad de la noche y en crímenes cometidos, sus protagonistas son pagados con la misma moneda: si alguno de ellos ha obrado mal, ha matado, despreciado y engañado, el sino que le depara el futuro será aún peor que lo vivido. Ya el personaje del primer cuento reflexiona sobre ello: «¡Había cometido un crimen y ahora empezaba la condena: la de tener que vivir la vida que le había quitado al herrero» (P. DOCAMPO, 1996:25). O el personaje de la segunda historia, el cuál admite: «Hice una muerte y la pagué» (1996:38).
La culpa está presente en cada una de las historias hasta llegar a la última, titulada El Cumplemuertes donde el protagonista es perseguido por una serie de cartas que le anuncian su inevitable muerte en años posteriores el mismo día que las recibe año tras año. La incertidumbre y el desasosiego se adueñan de él hasta el límite de cambiar de casa y querer hacer lo mismo con su destino, cosa que acaba consiguiendo debido a ese empeño de no aceptar la derrota. En mi opinión este último cuento es la moraleja de los anteriores:

«De ser un hombre que se dejaba llevar por el camino de la rutina, como si todos tus actos estuviesen programados y fuesen ajenos a ti, has pasado a actuar con autonomía, a tomar en tus manos tu propia vida y tu propio destino. […] Por eso no se cumplió lo que era tu destino, porque los hombres si se comportan como tales, lo inventan y lo escriben ellos mismos.» (1996:86)

Por lo tanto la vida de los protagonistas de las historias anteriores desemboca en llanto, sufrimiento y culpa porque no han sido capaces de cambiar su propio destino y afrontarlo con decisión y determinación. En el último cuento se actúa de manera adecuada, educada, recta, honesta y honrada, por eso el final es muy diferente a los anteriores y el autor nos sorprende con la absolución de la muerte del protagonista, ofreciéndole total libertad para vivir su vida.
A pesar de que el libro se muestra como un tipo de literatura de terror, en mi opinión sí que considero en las historias el factor misterio, incertidumbre y sorpresa e incluso puede causar algo de miedo en el lector, teniendo en cuenta que es un lector que pasa de niño a adolescente, entre los doce y los trece años de edad, pero no considero que las historias que en él aparecen sean terroríficas. Más bien puede suscitar, entre los más sensibles, temor o pavor, donde el sobresalto tiene cabida pero no un miedo excesivo, como el que se siente cuando algo provoca terror. Por este mismo motivo sería una lectura recomendada para unos alumnos de primero de la ESO, ya que son historias que enganchan por lo mucho que hay en ellas de misterio, algo que despierta el interés de los lectores más inexpertos y puede hacer que se inicien en el mundo de la lectura por interés y no por obligación si encuentran en ella esa característica. Leer estas historias con más edad hace que no resulten tan enigmáticas, y aunque en segundo de la ESO los alumnos únicamente cuentan con un año más de edad, el crecimiento biológico e intelectual no parece el mismo. Creo que la lectura de estas historias sería completamente diferente para ellos y perdería, como ya he comentado, muchos componentes que con ellas se transmiten.
En contraposición observo que algunas de las descripciones de los crímenes de estas historias pueden causar cierta impresión negativa en el lector de tan corta edad. Expresiones como las siguientes: «el palo del carro y el mango del hacha golpeaban en el cuerpo de la vieja, del que salían secos ruidos de quebradura de los huesos» o «se oyó como se rompía el cráneo, brotó un hilillo de sangre y la vieja abrió desmedidamente los ojos» (1996:32), resultan algo fuertes y desmesuradas, en mi opinión, a la hora de describir las muertes en el libro y en unas historias catalogadas como literatura infantil. Es cierto que se recomienda para lectores mayores de doce años pero no pude evitar sorprenderme en el momento de la lectura de estas líneas.
Algo que considero un acierto y me ha sorprendido es la última parte del libro: Cuando el autor habla de sí mismo. Aquí Xavier P. Docampo relata una serie de momentos en los que él mismo asegura pasar miedo, algo que anima y ayuda al lector a querer expresar sus pensamientos interiores y a hacerlo de tal manera que la vergüenza o la inferioridad queden atrás. En estas edades muchos alumnos pueden sentirse presionados por otros a la hora de mostrar sus miedos por las reacciones que surgen en el resto del grupo: desde la carcajada hasta las faltas de respeto. Que el autor incluya un apartado en el que muestre sus miedos ayudará al alumno a mostrarse tal y como es y esta puede ser una actividad que podemos realizar con ellos tras la lectura de este libro. Han aprendido que quien mal obra, la paga y que cada uno es dueño de su destino, por lo que una buena manera de trabajar el texto sería que ellos mismos compongan uno en el que muestren sus miedos internos, como hace el autor, y reflexione sobre «a qué tienen miedo» y «hablen de sí mismos».
La lectura de Cuando de noche llaman a la puerta se realiza de manera rápida y amena. Entretiene al lector, le mantiene en vilo sobre las posibles consecuencias de las malas acciones de los personajes y guarda moraleja en cada una de sus historias. Esto junto al estilo, el vocabulario y la manera de narrar del autor hace que sea una lectura apropiada para la etapa educativa en la que estamos sumergidos.




Cuando de noche llaman a la puerta (Virginia Tello)


Cuando de noche llaman a la puerta

Ganador del Premio Nacional de literatura infantil y juvenil en 1995 por Cando petan na porta pola noite, Xabier P. Docampo es un maestro y escritor gallego aficionado al teatro y a la literatura para niños y adolescentes. Autor de El misterio de las campanadas (1986), otra de sus obras más notables, cuenta en su haber literario con obras pertenecientes a distintos géneros, así como el rodaje de su obra homónima A casa da luz (2002).

La obra que comentaremos en esta entrada se titula Cuando de noche llaman a la puerta, merecedora de su premio nacional hace ya 19 años. Este libro, publicado en 1994 por la editorial gallega Xerais e ilustrado por Xosé Cobas en su 3ª edición, está compuesto por cuatro cuentos de terror, una carta del autor a su lector y un poema final titulado “Cuando el autor habla de sí mismo”.
En dicha carta titulada “Querido lector” y fechada en marzo del mismo año de su publicación, Docampo le cuenta a destinatario que las historias que en esta obra aparecen son historias que le contaron a él oralmente y que, después de pasar un poco de miedo cuando las oyó, las hizo suyas, “se criaron en ese nido del alma” y ahora nos las presenta con el deseo de que su lector también las convierta en algo suyo. Alabando la capacidad de los seres humanos de crear redes de cuentos, el autor acaba su carta exaltando la actividad de contar historias, utilizando las palabras, nuestro bien más preciado: las palabras.

Después de la dedicatoria de este libro a sus padres, Docampo presenta el primer relato corto: “El espejo del viajero”. Esta historia, la única narrada en primera persona, nos cuenta la historia de un viajero que encuentra, durante una noche fría de tormenta, una casa. La sorpresa de nuestro protagonista llega cuando el hombre que le abre la puerta es idéntico a él, salvo por su ojo izquierdo, que no tiene párpado. Tras ofrecerle el anfitrión comida para pasar la noche y abundante vino, los dos hombres se enzarzan en una pelea en la que el huésped es herido en la cara por el anfitrión. Tras pasar varios días obligado en la cama, el protagonista decide salir de su habitación y ver su nueva herida. Para su sorpresa, su ojo izquierdo ya no tenía párpado, por lo que decide vengarse de su anfitrión asesinándolo. Después de aquel crimen y tras enterrar el cadáver, nuestro narrador decide, por fin, marcharse del lugar. Sin embargo, la llegada de la nueva viuda a la casa le trunca su plan, que finalmente no se lleva a cabo, ya que el viajero decide hacerse pasar por su víctima durante todo lo que le queda de vida, porque ni siquiera la esposa del fallecido se había dado cuenta de que él no era su marido.
“El Hornadas” es el segundo cuento de esta obra. Como si fuera transmitido oralmente, el autor nos cuenta la historia de otro asesinato, en este caso el de una vieja muy poco querida en un pueblo gallego, ya que a lo único que se dedicaba era a molestar a los vecinos. Uno de esos días, tres jóvenes deciden darle una paliza. Teixo es quien le da muerte finalmente, lo que hará que la vieja se le aparezca distintas veces y le extraiga distintas vísceras de su cuerpo. Atormentado hasta el final de sus días, el Hornadas como después era conocido el asesino, aparece muerto en otro pueblo con una herida en la cabeza, pero totalmente vacío por dentro.

El tercer relato que nos presenta Docampo es “Loba”. En él se nos cuenta la historia de Isaura, una joven que se queda embarazada de Silvestre, un joven gallego muy apuesto y mujeriego. Tras abandonarla, en un arrebato de ira el día de la boda de este, le jura que se las pagará. Y así sucede, convertida en loba tras suicidarse, Isaura baja hasta casa de Luciana, la nueva esposa de Silvestre y le extrae el bebé del vientre para llevárselo. Cuando Silvestre logra cercar a la loba dentro de un cobertizo en llamas, Silvestre es alertado de que la loba lleva consigo a su hijo. Ante tal desesperación, Silvestre entra en el lugar incendiado, donde muere junto a su nuevo hijo y su antigua novia convertida en loba y en cenizas ahora.

El cuarto y último cuento es el titulado “El cumplemuertes”. El menos escabroso de todos los relatos que nos presenta el autor gallego, nos cuenta la historia de un hombre que recibe una carta en la que se le dice que, dentro de unos años, en esa misma fecha, morirá. Ante tal acontecimiento, el protagonista decide cambiar su vida y hacer que ese fatal destino no se cumpla. Cambiando de ciudad, de domicilio y sin tener contacto con nadie, el protagonista sigue recibiendo misivas de ese desconocido remitente. El final de la historia, quizá la que más deja entrever la moraleja de todos los presentados, es que el protagonista es el único dueño de su destino: consigue conocer a la persona que le ha estado enviando los mensajes y hablar con ella. Esa señora siniestra le cuenta que ella simplemente esperó el momento, y alaba su afán de seguir adelante, de conseguir burlar a la muerte.
A modo de final y continuando con la temática de miedo de toda la obra, el autor nos presenta unos versos titulados “Cuando el autor habla de sí mismo”. Tal y como dice su título, Docampo nos presenta a modo de poema con una anáfora constante sus miedos.

Sin duda, Cuando de noche llaman a la puerta es una obra muy adecuada para los primeros niveles de ESO, más específicamente para el primer curso. Como hemos visto a lo largo de esta entrada, las historias que en ella encontramos captan, por su ambiente tétrico, la atención de los jóvenes lectores. En cuanto a su estilo, es cuidado: las descripciones están muy bien elaboradas y el léxico utilizado a menudo puede hacer a los lectores recurrir al diccionario, herramienta con la que deben familiarizarse en esta etapa educativa.

Por lo que respecta a las actividades que podemos llevar a cabo son muy diferentes, ya que la variedad temática nos lo facilita. Con el cuento del viajero, podemos comenzar un debate sobre qué harían los alumnos y alumnas si se encontraran en la situación en la que se encuentra el protagonista cuando ve por primera vez el parecido con su anfitrión. Tomando como punto de partida la historia del “cumplemuertes”, podemos trabajar la expresión escrita pidiéndoles a nuestros alumnos que reescriban el final de la historia a partir del momento en el que el protagonista cambia de casa.


Como vemos, esta obra gallega ofrece distintas posibilidades de trabajo en el aula. Creemos, por tanto, que sería adecuada trabajarla con el nuevo alumnado de ESO, ya que es un libro breve, puede leerse por relatos, y mantiene, sin lugar a dudas, la atención de los lectores hasta la última frase de cada cuento que nos presenta el autor.