Reseña
sobre Campos de fresas
Jordi Serra i Fabra
es un autor precoz. Con tan sólo 12 años ya se había lanzado a escribir una
novela de gran extensión. Fue un estudioso de la música y un gran escritor de
literatura juvenil. Destaca por haber obtenido muchos premios, tanto en
castellano como en catalán. Y es importante mencionar la Fundación
Jordi Sierra i Fabra que creó en el 2004 para fomentar la literatura entre
los jóvenes.[1]
Campos de fresas es la historia de una
joven que acaba de ser intoxicada por el consumo de una pastilla de éxtasis
(que después descubrirán que es, más bien, EVA). La novela mantiene al lector
en un estado de tensión constante puesto que da la sensación de que cada página
que pasamos, a Luciana le queda un instante menos de vida. El relato nos
documenta acerca del peligro que corren los jóvenes en la actualidad ante la
moda de las drogas sintéticas, las cuales muchas están adulteradas y pueden ser
mortales para individuos que presentan anomalías en su organismo.
Este
libro es un aviso moralista a los jóvenes por medio de una trama en la que la
protagonista, Luciana, está inconsciente en el hospital de principio a fin de
la obra. Luciana era jugadora de ajedrez, una chica inteligente y buena
estudiante. Sin embargo, a ella también le ha rozado el mundo de la droga, y de
una forma letal. Una noche de fiesta, siguiendo por inercia a sus compañeros,
que querían “quitarse el estrés de los exámenes”, Luciana engulle una de esas pastillas
de la media luna después de haberse gastado en el estupefaciente un dinero que
hasta a ella misma le cuesta creer que sea capaz de pagarlo. Dinero que sólo le
va a servir para comprar una gran desgracia. Y ahora, la joven se debate entre
la vida y la muerte mientras un médico analiza la sustancia y un detective
sigue la pista al camello para descubrir de qué materia estaba compuesta la
pastilla.
Hay tres
personajes en la novela que son mis preferidos y quiero destacar por el
carácter tan marcado y propio que poseen. Por una parte, tenemos a Eloy, joven
valiente enamorado de Luciana que peleará hasta la extenuación por dar con el
camello. Infatigable y despierto, lo conseguirá mediante el apoyo de sus
amigos, a los que ha conseguido reunir para acompañarlos en su persecución. Y,
pese a que el corrupto muera, parte de la droga necesaria quedará a salvo.
Hecho que, supuestamente, es lo que devolverá luego la vida a Luciana. Por otra
parte, tenemos al periodista Mariano Zapata, ambicioso, interesado pero también
moralista, empeñado en sacar a Luciana como titular para alertar a la sociedad
del peligro de las drogas modernas. Y por último, quiero también señalar la
presencia de Loreto, la amiga bulímica, quien creará casi en silencio, un pacto
de salvación con Luciana en el que, pasito a pasito, comenzará a salir de su
infierno.
Los
capítulos vienen introducidos como si se trataran de movimientos en una partida
de ajedrez contra la muerte. La vida no siempre es un campo de fresas, aunque,
en esta historia, por suerte o por ficción, ganan las blancas.
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