Libro de las
M’Alicias,
escrito por Miquel
Obiols e ilustrado por Miguel Calatayud (1990)
El Libro de
las M’Alicias, escrito por Miquel Obiols e ilustrado por Miguel Calatayud en
1990, es un título más que aumenta la producción literaria de Obiols en el ámbito
de la literatura infantil y juvenil. Cabe señalar, además, que el autor escribe
en catalán, lo que nos permite acercar a los alumnos literatura juvenil en otra
lengua diferente al castellano.
La historia del Libro
de las M’Alicias recoge los pasos de Alicia, una niña muy peculiar que vive
en un mundo que parece funcionar al revés del nuestro: en vez de cambiarse la
ropa puede cambiarse partes de su cuerpo, guarda a sus padres en un armario
cuando se cansa de ellos, y ella muerde a un perro al que tienen que vacunar
inmediatamente después. La intertextualidad con la obra de Lewis Carroll Alicia
en el País de las Maravillas resulta más que evidente, tanto por el nombre
de la protagonista como por esta subversión del orden establecido y el trato de
temas como la relación con los padres y la utilidad de la escuela. Además, la
obra se abre con una dedicatoria a este autor.
Las
ilustraciones del valenciano Miguel Calatayud recuerdan a los cuadros del
surrealismo y a autores como Dalí, así como especialmente al cubismo de Picasso
y Juan Gris. En estas ilustraciones, la intertextualidad con Alicia en el
País de las Maravillas también es bastante evidente. En la primera
ilustración, por ejemplo, podemos ver al Gato de Cheshire encima de una rama de
un árbol y a un conejo.
En esta obra,
texto e imagen se funden para crear un sólo significado: el texto de Obiols nos
cuenta una historia llena de detalles surrealistas que las ilustraciones de
Calatayud nos ayudan a concretar y que, al mismo tiempo, van mucho más allá. El
conjunto da como resultado una obra muy interesante para trabajar en el primer
curso de la Educación Secundaria
Obligatoria.
En primer lugar,
se trata de un libro en el que el texto no va a abrumar a los lectores, pues su
escasa cantidad hace creer que se trata de una lectura fácil. Sin embargo, la
alteración del orden natural crea confusión en el lector, lo que lo obliga a
prestar atención a lo que está leyendo para seguir la historia y buscar un
significado. Por otra parte, y además de las relaciones intertextuales que
podemos sacar, encontramos muchos dobles sentidos en la historia. Como ejemplo
citaré el capítulo 3, en el que se nos describe cómo es el colegio al que va
Alicia y lo que allí se hace: “Los alumnos tienen un aspecto bastante extraño.
Todos han colgado su cerebro en la azotea, con pinzas de tender la ropa. (...) Después, en clase, Alicia está medio alelada y se porta muy bien. Repite las lecciones como un loro de las Bermudas, y la maestra le pone sobresaliente en todo.
Se trata de una
crítica al sistema educativo de los años 90 que, desgraciadamente, sigue siendo
válido para el actual. Ello nos permitiría abrir un debate en clase, o pedir a
nuestros alumnos un escrito en el que nos den su opinión acerca de cómo
funcionan los institutos, lo que cambiarían y cómo les gustaría que fuese.
También el Capítulo 5, en el que se habla de la televisión y de sus efectos es
un buen ejemplo para realizar actividades de este tipo.
En segundo
lugar, las ilustraciones nos permiten explotar la imaginación de los alumnos.
Podemos, por ejemplo, leerles el primer capítulo en clase para que se acostumbren
al estilo del autor y a cómo es la historia y después proyectar sólo la
ilustración del segundo capítulo, de modo que tengan que imaginar qué va a
ocurrir a continuación. Esta actividad ayudaría a los alumnos a interesarse por
la obra que han de leerse, así como nos permite trabajar con la imaginación y
elementos del discurso como la coherencia y la cohesión.
En último lugar,
tal y como ha sido nombrado varias veces, esta obra nos permite trabajar la
intertextualidad en el aula. Podemos explicar a nuestros alumnos en qué
consiste este recurso, pedirles que busquen ejemplos en la obra una vez la
hayan leído (tanto en el texto como en las ilustraciones), pedirles que busquen
cuál es la referencia y ponerlo en común en clase, etc. Por ejemplo, sólo con
decir el título de la obra podemos hablar de Alicia en el País de las
Maravillas y ampliar el “intertexto lector” de nuestros alumnos.
OBIOLS, Miquel y CALATAYUD, Miguel (1990). El libro de las
M’Alicias. Madrid: Ediciones SM
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